29 de noviembre de 2005

Mi amor habla como el silencio

"My love she speaks like silence,
Without ideals or violence,
She doesn't have to say she's faithful,
Yet she's true, like ice, like fire.
People carry roses,
Make promises by the hours,
My love she laughs like the flowers,
Valentines can't buy her.

In the dime stores and bus stations,
People talk of situations,
Read books, repeat quotations,
Draw conclusions on the wall.
Some speak of the future,
My love she speaks softly,
She knows there's no success like failure
And that failure's no success at all.

[..]

("Love Minus Zero/No Limit", 1965)


Mi amor habla como el silencio
sin ideales ni violencia,
no tiene que decir que es fiel
sin embargo es sincero como el hielo, como el fuego.
La gente lleva rosas
y hace promesas a cada momento.
Mi amor ríe como las flores,
los regalos no pueden comprarlo.

En los mercados y en las paradas de autobús
la gente habla de situaciones
lee libros, repite citas,
escriben conclusiones en los muros.
Mi amor habla en voz baja
sabe que no hay exito como el fracaso
y que el fracaso tampoco es un éxito.

(traducción un poco libre, que las que tengo no me convencen mucho....)

Saludos, Konde...

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extraído de la Página:
http://www.eListas.net/foro/ramonbuenaventura

26 de noviembre de 2005

My del.icio.us

25 de noviembre de 2005

Cualquier día nos romperá la cabeza un
botijo cargadito de agua fría


A Maica, que elevó estas palabras a la pasión.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

He vuelto a Madrid, viaje de trabajo.
Llegada a bocajarro, ni tan siquiera los abrazos del amigo.
No volveré a vivir en esta ciudad,
todo es demasiado grande
y yo necesito esconderme entre palabras.
¿Estabas hace unas horas entre mis brazos?
Miro asustado. Pienso que nadie me puede ver.
Todos van demasiado preocupados
y ando nervioso
y ando asustado.
Necesito esconderme entre palabras.
cuando esté de nuevo entre tus brazos podré abrir un ojo.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

Lo más grande que cabe entre mis brazos es el amor.
Nadie lo entiende y yo tampoco.
Nos conocimos en un cine: El amante que supo esperar a la chica de azul.
La policía te hiere la memoria,
lloras entre mis brazos
y no sé...
no sé si puedo ayudarte.
Cualquier día nos romperá la cabeza
(un botijo cargadito de agua fría.
Mientras tanto te quiero.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

Vengo a Madrid y ocupo las habitaciones vacías.
Hemos decidido amarnos todos los días
como dos presos que escriben palos en la pared.
Pero tanta honradez hiere la carne dura.
Cualquier día nos romperá la cabeza
(un botijo cargadito de agua fría.
Y entonces ya será tarde para arrepentirme.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

- Madrid, viernes 4 de marzo de 1994-


¿O es que todo este miedo no te basta para vivir?

En casa manten plegados los paraguas
En la calle no pases por debajo de las escaleras
Y cierra los ojos cuando de noche camines
por el callejón de los gatos negros
Y no escupas la hostia sagrada si te sabe mal
después de tu desayuno con ensaimada
y deja las esperanzas para después
si en tu cuarto no hay un mueble de madera
Y sé bueno...
¿O es que todo este miedo no te basta para vivir?

por Tomás Rubio

22 de noviembre de 2005

Wild Strawberries
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En una de las consideradas grandes obras del maestro Bergman se puede comprobar la quintaesencia del séptimo arte: decir y expresar ideas, conceptos, sentimientos, sin que estos se expongan de forma explícita, crear un sendero de símbolos y mensajes alegóricos. Es el espectador quien tiene el lujo y el derecho de interpretar cada imagen y gesto.
En “Fresas salvajes” asistimos al infierno y cielo personal de un hombre que, en su vejez, descubre que el pasado apremia al presente para que las culpas puedan ser perdonadas, comprendidas y expurgadas. La cámara de Bergman es como una mirada profunda del alma de un ser humano. Todo empieza con una pesadilla y transcurre entre recuerdos y sueños que evocan un pasado feliz, ingenuo y transparente. En esta película parece existir una conexión entre el sueño y la vigilia, una red de relaciones que van formando alegorías en el inconsciente del personaje central cuya visión puede resultar tan siniestra como nostálgica. Lo siniestro y lo nostálgico estan presentes a lo largo de todo el metraje sirviendo de base para un conjunto cargado de pesimismo. No obstante, hay elementos que contrastan con las oscuridades internas de Isak; esos tres jóvenes ingenuos que hacen el papel de acompañantes casuales en todo un viaje espiritual hacia la expurgación de su egoísmo. En última instancia es su nuera quién le abre los ojos ante la realidad: que su muerte -y su egoísmo- amenaza con degradar la vida del hijo, ya contaminada por un pasado convulso. Convulsiones, siempre en este caso, acaecidas en los subterráneos de la existencia. Isak despierta y se reconcilia consigo mismo viajando, en sueños, hacia un pasado, no se sabe exactamente si feliz o infortunado, donde una paradisíaca visión de sus padres se convierte en el elemento más revelador. Isak, al final, vuelve al origen, al paraíso perdido de la infancia, hallando la paz.
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18 de noviembre de 2005

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La realidad es una sustancia fantasmal. Ragle Gumm se atrevió a sospechar de ella y obtuvo el pasaporte hacia la libertad.
La vida en si misma es una paranoia compuesta de variantes, distintos colores, prismas, perspectivas. Llámese quimera del hombre ansioso que busca más de lo que probablemente existe...pero acaba encontrando su tesoro en la duda. Dudar de todo. De cada instante y su significado, de cada corrimiento de las hojas movidas por el viento, de las llaves olvidadas en un sitio en el que sabes que nunca las habías guardado, aquel lapsus linguae impertinente y sin sentido o el singular aspecto de ese ciudadano con el que, no se porqué, todas las mañanas me cruzo en la misma esquina. ¿Me estan vigilando? ¿Soy el protagonista de una historia “superior”? ¿Hay un secreto terrible detrás de cada gesto, de cada acontecimiento y de los vaivenes en la cocina o al entrar en el cuarto de baño?. En suma, ¿es la vida lo que parece o se nos amaga un gran iceberg?.
Al centro y éxtasis mismo de esa terrible paranoia metafísica nos conduce Tiempo desarticulado, uno de los clásicos de Philip K. Dick. A primera vista, es un libro de ciencia ficción repleto de pajas mentales varias sostenido sobre un pilar argumental no del todo consistente, dando la impresión -al terminar el libro -de que han quedado algunos cabos sueltos. Lo fascinante, de todas formas, es el clima paranoico que arrastra al lector hacia pensamientos perturbadores, especialmente para lectores de espíritu imaginativo, aquellos que dudan de la realidad en lo más nimio, dudan hasta de si mismos y se ríen de todas las leyes conocidas. De la mano de esta brújula psíquica, paranoia no es el nombre de una enfermedad, sino de la libertad, la libertad absoluta, la ascensión al “pleroma“, a la verdadera realidad, según el ideal gnóstico que pretende liberar al hombre de esta cárcel, que es el mundo. La paranoia de Ragle Gumm es, en última instancia, una llave maestra que despedaza la realidad ilusoria -la cárcel -y abre la puerta hacia el camino de otros universos, en un espacio donde encontrar la trascendencia de la vida.
El libro empieza con una historia de tono costumbrista. Gumm es un tipo que vive con su adorable familia de humildes trabajadores, él se gana un buen sueldo jugando a adivinar la ubicación del hombrecito verde en una página del periódico. Algo tan cotidiano y banal. La rutina diaria no amenaza la seguridad o emponzoñamiento de esos seres de la América rural. Pero, un buen dia, alguien entra en el cuarto de baño...y descubre que hay algo en la realidad que no funciona, que no encaja. El mundo se vuelve fantasmal y Ragle Gumm inicia su aventura en busca de la verdad: el mundo se ha convertido en un campo de batalla entre los partidarios de la vida “terrenal” (el mundo feliz) y los lunáticos que buscan la conquista del espacio exterior, ir más allá de las fronteras trazadas por dios, el paraíso carcelario contra el que se rebelan para alcanzar los “cielos“. En este libro late una alegoría sobre el salvador del mundo ,humilde y anónimo para sus semejantes (aquellos que comparten con él este mundo de ilusión, falso y estafado) pero de quien toda una civilización depende para salvar la vida y sus ideales. Gumm, al final, descubre que su destino y su deseo esta con los lunáticos. Para cumplir con su misión, debe olvidar a toda su familia y romper con el mundo conocido para luchar por la reconciliación de las partes y por el sueño de superar las fronteras del espacio humano.

Concluyendo, este libro hunde sus bases en pensamientos filosóficos y en ideales que se ocultan, levemente, detrás de una paranoia que va más allá de si misma, independientemente de la verdadera intención de la pluma de Philip K. Dick.

Este es, realmente, un libro para lunáticos y para quienes sepan desgarrar la realidad con un sencillo golpe de imaginación.

8 de noviembre de 2005

Elogi de la senzillesa i de la tradició
per Vicent García

«El Coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento. Sobrevivió a una carga de estricnina en el café que habría bastado para matar a un caballo. Rechazó la Orden del Mérito que le otorgó el presidente de la república. Llegó a ser comandante general de las fuerzas revolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido por el gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografia. Declinó la pensión vitalicia que le ofrecieron después de la guerrra y vivió hasta la vejez de los pescaditos de oro que fabricaba en su taller de Macondo. Aunque peleó simpre al frente de sus hombres, la única herida que recibió se la produjo él mismo después de firmar la capitulació de Neerlandia que puso término a casi veinte años de guerras civiles. Se disparó un solo tiro de pistola en el pecho y el proyectil le salió por la espalda sin lastimar ningún centro vital. Lo único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre de Macondo. Sin embargo, según declaró pocos años antes de morir de viejo, ni siquiera eso esperaba la madrugada en que se fue con sus veintiún hombres a reunirse a las fuerzas del general Victorio Medina.»

GARCÍA MARQUEZ, Gabriel, Cien años de Soledad, «Letras Hispánicas», Ediciones Cátedra, Madrid, 1997, (edición de Jaques Joset).


- Elogi de la senzillesa -

Per saber escriure, cal llegir; i posats a escollir, cal llegir els millors escriptors. De fet, un escriptor o un llibre esdevé clàssic no sols per la dèria crítica i analítica dels professors universitaris, sinó també perquè al plus de gràcia natural s'afegeix un domini de la tècnica literària i lingüística astorador.

En aquest fragment de Cien años de Soledad es pot apreciar aquest domini brutal d'una manera aclaridora. Potser que algú se sorprenga per aquesta afirmació. I més encara si ens adonem que el text es caracteritza sintàcticament per la senzillesa: oracions en preterit perfet simple juxtaposades o coordinades; les subordinades, de relatiu o temporals (no hi ha causals, ni concessives, ni finals...); períodes sintàctics curts (cap oració arriba a les tres línies); sempre el mateix subjecte (el coronel Aureliano Buendía); i sempre la mateixa estructura sintàctica (subjecte + verb + complements).

I què aconsegueix García Márquez amb aquest fragment? Descriure'ns la personalitat del coronel amb tal exactitud que sabem que és cabut, senzill, emprenedor, contradictori, lligat a un món màgic superior (anècdota dels fills i del tret al pit), i poc amic d'homenatges.
Però, hi ha cap adjectiu al llarg de tot aquest fragment que es referisca a Aureliano Buendía? Hi ha cap moment en què el narrador ens diga El coronel era...? Hi ha cap paraula que descriga, jutge, matise o definisca el coronel? La resposta és no.
Si volem esbrinar el secret de García Márquez, podem recórrer a una paràfrasi biblíca: pels seus actes els coneixereu. El narrador, quan decideix contar-nos literalment els actes del coronel Aureliano Buendía, sap que l'enumeració d'aquests ja té la suficient força perquè endevinem com és sense necessitat d'explicar-nos-ho. A més, s'estalvia la tasca feixuga d'encertar els adjectius que s'adequen al personatge i deixa lliure al lector perquè es cree una imatge pròpia de qui va ser el coronel Aureliano Buendía. Imatge que, paradoxalment sense cap adjectiu, es crea quasi idèntica - fique la mà dins del foc - en la majoria dels lectors.

Com que el narrador només ens ha presentat actes, com que no ha judicat, s'ha distanciat i ens ha permés accedir a un món on els personatges tenen vida pròpia, sense la coerció de cap mena de judici.

Acció, no descripció. Verbs i substantius, no adjectius. Oracions curtes, no llargues. I amb això, potser una de les millors etopeies ('descripció del caràcter o els costums d'un personatge'; la descripció física s'anomena prosopografia) que s'han escrit mai d'un personatge.
Recordem-ho, doncs: si bé els adjectius ensucren, també embafen. A més, les postres, normalment el plat més esperat per molts, no sempre han de ser dolces. Però no per això deixen de ser postres. De vegades, són millors. Ens sorprenen.

- Elogi de la tradició -

Els conceptes etopeia i prosopografia pertanyen a la tradició retòrica grecollatina. Si afirmem que l'escriptura s'ha de suportar en un coneixement profund i sistemàtic de la retòrica i dels recursos literaris, ningú s'atreviria a escriure. Però, s'ha de saber almenys de què va. Per posar un exemple, quan García Márquez escriu aquest fragment que hem citat, el col·loca a principi de capítol i sols es refereix als trets psicològics (els físics els descriurà després). Per què? Molt senzill. Tot personatge s'ha de presentar, ha de tenir uns precedents per tal que el lector sàpia situar-se en la història. Més encara, quan el narrador cita Buendía realitza un flash forward (contrari de flash back) que ens remet a coses que encara no ha contat, i ens crea, doncs, expectatives (les de saber com és psicològicament, i les de conéixer al detall la seua peripècia vital).

És a dir, empra un recurs que s'emmarca dins de la seua estrategia compositiva, que s'adapta al paper que el narrador juga en el relat. Un paper omniscient però no manipulador, un demiürg que ens embolica però que alhora ens aclareix dubtes.

La tècnica i el coneixement dels recursos del llenguatge esdevenen condicions imprescindibles si volem escriure des de la humilitat. Al cap i a la fi, els llatins ja digueren fa més dos mil anys que nihil novum sub sole ('no hi ha res nou sota el sol'). Segur que alguna cosa nova s'ha dit i escrit en literatura, però els patrons i els recursos continuen, en línies generals, sent els mateixos. No es pot escriure sense pertànyer a cap tradició, a cap corrent. I eixa tradició l´hem de conèixer. Reblem més el clau: com es pot escriure literatura innovadora si no es coneix allò que es vol innovar?

Publicado en Escribano 2 (Abril 2000)


Libérate del Kárate Clásico

Por Bruce Lee

En septiembre de 1971, la revista americana de artes marciales Black Belt publicó un artículo escrito por Bruce Lee titulado "Libérate del Karate Clásico". Aquel artículo, que con el tiempo se ha convertido en todo un símbolo de las artes marciales, fue muy criticado en su momento por los distintos instructores y practicantes de artes marciales debido a su naturaleza "revolucionaria", en la cual clamaba que las artes marciales clásicas se encontraban obsoletas ante la realidad de la lucha en la vida cotidiana. Bruce afirmaba que un combate real no es predecible y que cada agresor actúa de una forma diferente, lo cual hace ineficaz a los sistemas clásicos de lucha donde los ataques y las defensas están predeterminados (tú atacas así y yo me defiendo de esta o aquella manera). Fue revolucionario porque a través de él Bruce fue el primero en poner en duda todas las organizaciones de artes marciales clásicas de por aquel entonces. El tiempo, sin duda, le ha dado la razón, puesto que como podemos ver día a día, las artes marciales han ido evolucionando y eliminando cada vez más reglas y formalismos hasta ir buscando una mayor similitud con el combate real.

Así pues, tenéis ante vosotros el artículo que tambaleó el mundillo de las artes marciales y que ha inspirado a infinidad de artistas marciales de todo el mundo, ayudándoles a buscar su propia verdad y a no ser una copia de nadie ni a estar limitados por ninguna atadura clásica.


Un erudito fue una vez a un maestro Zen para preguntar sobre el Zen. Mientras el maestro Zen le explicaba, el erudito le interrumpía constantemente con observaciones como: "¡Oh, sí, nosotros también tenemos eso...!" y así sucesivamente.

Finalmente el maestro Zen cesó de hablar y empezó a servir té al erudito. Le llenó la taza, y entonces continuó vertiendo hasta que la taza se desbordó.

"¡Basta!", interrumpió una vez más el erudito. "¡Ya no cabe más en la taza!". "Efectivamente, ya lo veo", respondió el maestro Zen. "Si no vacías primero tu taza, ¿cómo puedes saborear mi taza de té?".

Espero que mis camaradas en las artes marciales leerán los siguientes párrafos con una mente abierta, abandonando todas las cargas de opiniones preconcebidas y conclusiones. Este acto, de paso, tiene en sí mismo un poder liberador. Después de todo, la utilidad de la taza reside en su vacío.

Hacer que este artículo se relacione directamente contigo, aunque es sobre JKD, está principalmente relacionado con el florecimiento de un artista marcial – no un artista marcial "chino" o "japonés". Un artista marcial es primero un ser humano. Así como las nacionalidades no tienen nada que ver con la humanidad de uno, del mismo modo nada tienen que ver con las artes marciales.

Abandonad vuestro escudo protector de aislamiento y relacionaros directamente con lo que se está diciendo. Retornad a vuestros sentidos mediante el cese de toda intervención de la interferencia intelectual. Recordad que la vida es un proceso constante de relación. Recordad también que no busco ni vuestra aprobación, ni influenciaros hacia mi forma de pensar. Estaré más que satisfecho si, como resultado de este artículo, comenzáis a investigar todo por vosotros mismos y cesáis de aceptar sin ninguna crítica las fórmulas pre-escritas que dictan "esto es esto" y "aquello es aquello".

- Sobre la observación sin elección -

Supongamos que varias personas que están entrenadas en diferentes estilos de artes combativas presencian una pelea callejera. Estoy seguro de que escucharíamos diferentes versiones de cada uno de estos estilistas. Tales variaciones son bastante comprensibles, puesto que uno no puede ver un combate (o lo que sea) "como es" mientras esté cegado por su punto de vista elegido, por ej. el estilo, y verá la lucha a través de las lentes de su condicionamiento particular. Luchar, como tal, es simple y total. No está limitado a tu perspectiva o condicionamiento como artista marcial chino, coreano, o "cualquier otro" artista marcial. La verdadera observación empieza cuando uno se desembaraza de los patrones establecidos, y la verdadera libertad de expresión tiene lugar cuando uno está más allá de los sistemas.

Antes de que examinemos el jeet kune do, consideremos exactamente lo que es realmente un estilo de arte marcial "clásico". Para empezar, debemos reconocer el hecho incontrovertible de que independientemente de sus muchos orígenes coloridos (por un sabio, un monje misterioso, por un mensajero especial en un sueño, o por una revelación sagrada), los estilos son creados por los hombres. Un estilo nunca debería ser considerado como una verdad evangélica, cuyas leyes y principios nunca pueden ser violados. El hombre, el individuo vivo, creador, es siempre más importante que cualquier estilo establecido.

Es concebible que hace mucho tiempo un cierto artista marcial descubriera alguna verdad parcial. Durante su vida, el hombre resistió la tentación a organizar esta verdad parcial, a pesar de que esta es una tendencia común en la búsqueda del hombre de seguridad y certeza en la vida. Tras su muerte, sus estudiantes tomaron "sus" hipótesis, "sus" postulados, "su" inclinación y "su" método y los convirtieron en ley. Credos impresionantes fueron entonces inventados, solemnes ceremonias de refuerzo prescritas, filosofía y patrones rígidos formulados, y así sucesivamente, hasta que finalmente una institución fue erigida. Así pues lo que se originó con la intuición de un hombre de algún tipo de fluidez personal, fue transformado en conocimiento solidificado, fijo, completo con respuestas organizadas, clasificadas, presentadas en un orden lógico. Al hacerlo así, los bienintencionados, seguidores leales no sólo hicieron de este conocimiento un altar sagrado, sino también una tumba en la cual enterraron la sabiduría del fundador.

Pero la distorsión no necesariamente terminaba aquí. En reacción a "la verdad de otro", otro artista marcial, o posiblemente un discípulo insatisfecho, organizó una aproximación opuesta – tal como el estilo "blando" frente el estilo "duro", la escuela "interna" frente a la "externa", y todas estas tonterías separatistas. Pronto esta facción opuesta se convirtió en una gran organización, con sus propias leyes y patrones. Comenzó una rivalidad, con cada estilo clamando poseer "la verdad" descartando a todos los demás.

A lo mejor, los estilos son meramente partes diseccionadas de un todo unitario. Todos estos estilos requieren ajuste, parcialidad, negaciones, condenación y un montón de auto-justificación. Las soluciones que pretenden proporcionar son la causa principal del problema porque limitan e interfieren con nuestro crecimiento natural y obstruyen el camino a la comprensión genuina. Divisivos por naturaleza, los estilos mantienen a los hombres aparte unos de otros más que unirlos.

- La verdad no puede ser confinada -

Uno no puede expresarse a sí mismo plenamente cuando se encuentra aprisionado en un estilo limitante. El combate "como tal" es total, e incluye todos los "es" así como los "no es", sin líneas o ángulos favoritos. Al carecer de ataduras, el combate es siempre fresco, vivo y constantemente cambiante. Vuestro estilo particular, vuestras inclinaciones personales, y vuestro carácter físico son todo partes del combate, pero no constituyen el todo del combate. Vuestras respuestas deberían ser dependientes de cualquier parte individual, reaccionaréis en términos de lo que "debería ser" más que de la realidad del siempre cambiante "lo que es". Recordad que mientras el todo es evidenciado en todas sus partes, una parte aislada – eficiente o no – no constituye el todo.

Los ejercicios repetitivos prolongados ciertamente producirán precisión mecánica y seguridad de la clase que llega de cualquier rutina. No obstante, es exactamente este tipo de seguridad "selectiva", o "muletas", las que limitan o bloquean el crecimiento total de un artista marcial. De hecho, bastantes practicantes desarrollan tal afición por ellas y dependencia de sus "muletas" que ya no pueden caminar más sin ellas. De este modo, cualquier técnica especial, aunque esté inteligentemente diseñada, es en realidad un obstáculo.

Dejemos claro de una vez por todas que yo no he inventado un estilo, composición ni modificación nueva. De ningún modo he establecido el jeet kune do dentro de una forma distinta gobernada por leyes que lo distinguen de "este" estilo o "aquel" método. Al contrario, espero liberar a mis camaradas de las ataduras a los estilos, patrones y doctrinas.

¿Qué, pues, jeet kune do?. Soy el primero en admitir que cualquier intento de cristalizar el jeet kune do en un artículo escrito no es tarea fácil. Pero literalmente, "jeet" significa interceptar o parar; "kune" es el puño; y "do" es el camino, la realidad definitiva. Por consiguiente, jeet kune do es el camino del puño interceptor. Recordad, no obstante, que "jeet kune do" es meramente un nombre conveniente. No estoy interesado en el término en sí; estoy interesado en su efecto de liberación cuando el JKD es utilizado como un espejo para la auto-examinación.

A diferencia de un arte marcial "clásico", no hay series de reglas o clasificación de técnica que constituyan un método de luchar "jeet kune do" distinto. JKD no es una forma de acondicionamiento especial con su propia filosofía rígida. Mira al combate no desde un solo ángulo, sino desde todos los ángulos posibles. Mientras que el JKD utiliza todos los caminos y medios para servir a su fin (después de todo, la eficiencia es cualquier cosa que cuenta), no está atado por ninguno y por tanto es libre. En otras palabras, JKD posee todo, pero en sí mismo no es poseído por nada.

Por lo tanto, intentar definir el JKD en términos de un estilo diferente – sea gung-fu, karate, lucha callejera, o el arte marcial de Bruce Lee – es perder completamente su significado. Su enseñanza simplemente no puede confinarse dentro de un sistema. Puesto que JKD es a la vez "esto" y "no esto", tampoco se opone ni se adhiere a ningún estilo. Para entender esto plenamente, uno debe trascender de la dualidad de "por" y "contra" en una unidad orgánica en la cual no hay distinciones. La comprensión del JKD es la intuición directa de esta unidad.

No existen fijaciones preestablecidas o "kata" en la enseñanza de JKD, ni son necesarios. Considerad la sutil diferencia entre "no tener forma" y tener "no-forma". La primera es ignorancia: la segunda es trascendencia. A través del sentimiento corporal instintivo, cada uno de nosotros conocemos nuestra propia manera más eficiente y dinámica de lograr una nivelación efectiva, equilibrio en movimiento, y uso económico de la energía. Los patrones, técnicas o formas sólo tocan la franja del entendimiento genuino. La esencia del entendimiento reside en la mente individual, y hasta que sea tocada todo es incierto y superficial. La verdad no puede ser percibida hasta que lleguemos a comprendernos plenamente a nosotros mismos y nuestros potenciales. Después de todo el conocimiento en las artes marciales definitivamente significa auto-conocimiento.

En este punto podéis preguntar "¿Cómo obtengo este conocimiento?". Eso tendréis que averiguarlo por vosotros mismos. Debéis aceptar el hecho de que no existe ayuda, sino auto-ayuda. Por la misma razón no puedo deciros como "ganar" la libertad, puesto que la libertad existe dentro de vosotros. No puedo deciros como "ganar" auto-conocimiento. Mientras sí puedo deciros qué no hacer, no puedo deciros qué deberíais hacer, puesto que eso sería confinaros a una aproximación particular. Las fórmulas sólo pueden inhibir la libertad; las prescripciones dictadas externamente sólo apagan la creatividad y aseguran la mediocridad. Tened en mente que la libertad que se origina del auto-conocimiento no puede ser adquirida a través de una adherencia estricta a una fórmula. No nos convertimos en libres de repente; simplemente somos libres.

Aprender no es definitivamente una mera imitación, ni es la habilidad para acumular y expeler el conocimiento fijado. Aprender es un proceso constante de descubrimiento, un proceso sin fin. En JKD no empezamos por acumular sino por descubrir la causa de nuestra ignorancia, un descubrimiento que incluye un proceso de desprendimiento.

Desafortunadamente, la mayoría de los estudiantes de artes marciales son conformistas. En vez de aprender a depender de sí mismos para la expresión, siguen ciegamente a sus instructores, no sintiéndose ya más solos y encontrando seguridad en la imitación masiva. El producto de esta imitación es una mente dependiente. La indagación independiente, la cual es esencial para la comprensión genuina, es sacrificada. Mirad alrededor de las artes marciales y sed testigos de la variedad de realizadores de rutinas, artistas de trucos, robots insensibles, glorificadores del pasado, y así sucesivamente – todos los seguidores o exponentes de la desesperación organizada.

¿Con qué frecuencia se nos dice por parte de los diferentes "sensei" o "maestros" que las artes marciales son la vida misma?. ¿Pero cuántos de ellos comprenden verdaderamente lo que están diciendo?. La vida es un movimiento constante, no estancamiento. En vez de fluir sin elección con este proceso de cambio, muchos de estos "maestros", pasados y presentes, han construido una ilusión de formas fijas, suscribiéndose rígidamente a los conceptos y técnicas tradicionales del arte, solidificando lo siempre-fluyente, diseccionando la totalidad.

La visión más penosa es ver a sinceros estudiantes repetir seriamente esos ejercicios imitativos, escuchando sus propios gritos y chillidos espirituales. En la mayoría de los casos, los medios que estos sensei ofrecen a sus estudiantes son tan elaborados que los estudiantes deben prestarles una tremenda atención, hasta que gradualmente pierden de vista el fin. Acaban realizando sus rutinas metódicas como una mera respuesta condicionada, más que responder a "lo que es". Ya no escuchan más a las circunstancias; recitan sus circunstancias. Estas pobres almas han llegado a ser atrapadas inconscientemente en la miasma del entrenamiento de las artes marciales clásicas.

- Señalando la verdad -

Un profesor, un sensei realmente bueno, no es nunca un dador de "verdad"; es un guía, un indicador de la verdad que el estudiante debe descubrir por sí mismo. Un buen profesor, por lo tanto, estudia a cada estudiante individualmente y anima al estudiante a auto-explorarse, tanto interna como externamente hasta que, definitivamente, el estudiante se integra con su ser. Un buen profesor es un catalizador. Además de poseer una profunda comprensión, también debe tener una mente despierta dotada de gran flexibilidad y sensibilidad.

No hay ninguna regla establecida en el combate total, y la expresión debe ser libre. Esta verdad liberadora es una realidad sólo en tanto que sea experimentada y vivida por el propio individuo; es una verdad que trasciende los estilos o disciplinas.

Recordad, también, que jeet kune do es meramente un término, una etiqueta para ser usada como un bote que lo transporta a uno para llegar al otro lado; una vez en el otro lado, debe ser abandonado y no cargado en la espalda.

Estos pocos párrafos son, en todo caso, un "dedo señalando a la luna". Por favor no toméis al dedo por la luna ni fijéis vuestra miradas tan intensamente en el dedo que perdáis todas las hermosas vistas del cielo. Después de todo, la utilidad del dedo está en señalar desde sí mismo a la luz que ilumina el dedo y todo.

http://membres.lycos.fr/blmj/liberate.htm

1 de noviembre de 2005

La revolución de los "bobos" (Pobres insomnes)

A veces, al despertarme, tengo la sensación de haber perdido algo durante mi travesía por el mundo de los sueños. Algo importante, precioso y reparador. Es como si el retorno a la vigilia fuese una muerte. La vida es la muerte y el sueño una vida ,tan real en su esplendor, que acaba por hacer creer al alma que allá esta el verdadero hogar. No sé. Es extraño. La gente no hace caso de los sueños, la mayoría ni siquiera los recuerda. Mala costumbre y ceguera del espíritu que nos niega el disfrute de un fenómeno cuya extrañeza abruma a todo ente atento a esas vivencias que se dan en medio de la noche, entre las sábanas acurrucados y fugitivos del mundo.
Yo, normalmente, tampoco recuerdo lo que he soñado. Pero sí, de vez en cuando, me despierto regenerado, mediante un misterioso proceso que opera durante el descanso nocturno. Menuda perogrullada, pensará alguno. Dormimos precisamente para descansar y afrontar en plena forma cada nuevo dia. No, mi pluma -inútil y voluntariosa- , intenta expresar y explicar otra cosa...¿maravillosa?, ¿inefable?, ¿quimérica sin más?. Puede que tan solo sean quimeras, pretensiones de un visionario frustrado y al que, demasiado a menudo, la vida se le hace pequeña. Creo que puedo usar palabras como: emoción, embriaguez, sensación de trascendencia. Lo cierto es que todo eso aporta un insuflo de vida, vida mayúscula, de seguridad y equilibrio emocional.

Este tipo de experiencias pueden confundirse con los llamados “viajes astrales”, especialmente las personas poco formadas que atribuyen cualquier ensoñación o estado onírico a una especie de desdoblamiento o separación del cuerpo físico, cuando en realidad todo ha sucedido en su mente. En una ocasión mi padre me contó su “viaje astral”: ese dia se había levantado con una inusual “sensación de vida”, totalmente descansado, pletórico, regenerado psíquica y físicamente. El hombre, ingenuo y cándido, me contó que ese estado de bienestar era consecuencia de un sueño en el que había tenido un encuentro con unos misteriosos personajes que le insuflaron toda esa vitalidad, según la apreciación de mi padre. Para él fue algo muy especial, me lo contaba como si fuera algo excepcional. Y, en definitiva, para él era “un viaje astral”.
A mi me pasa a menudo; son sueños llenos de cosas, situaciones, personajes, todo ello indefinido, que no puedes recordar con claridad...pero que te deja una huella. Y esa huella permanece todo el dia, como mínimo.

Algunos amamos tanto a los sueños, que casi nos pasamos el dia perpetuando la experiencia. Ello hace de ti un “alelado” o “bobo” a los ojos de otra gente y en determinadas situaciones. Yo siempre he sido un “alelado”, uno de esos bobos que absorbían el tiempo mirando las sombras de una pared o el majestuoso vuelo de un ave allá en el cenit, o el caer de la lluvia otoñal, los colores del cielo en un atardecer. Ser bobo y alelado es, por tanto, la clave de la perpetuación de la magia del mismo modo que soñar por las noches es la fuente generadora de ese “poder”.

Vivimos en una sociedad de insomnes. La muerte del sueño nos convierte en sonámbulos, lo cual supone todo lo contrario: una muerte perpetua, tanto en vida soñada como en la vida de vigilia. De ahí la desorientación e infelicidad de muchos seres. Merece la pena, pues, recuperar el hábito del buen dormir. Es, lo digo con socarronería, pero al dato, la felicidad de los bobos, los alelados, los que miran a las musarañas y los que saben perderse en la aventura de lo desconocido.
Como decía, es inefable. Lo que escribo puede antojarse más o menos críptico y “esotérico”, pero no es más que el fruto de noches bien aprovechadas. Y del cachondo mental que llevo dentro...

Ahora, me voy a dormir. Si hay suerte, encontraré un tesoro enterrado en algún rincón de mi inconsciente. Y mañana, al levantarme, estaré otra vez preparado.

A mi los soñadores, los artistas, los creadores, las hadas nocturnas y los hombres que caminan con la mirada alta y orgullosa.

A pesar de todo...