7 de diciembre de 2005

John Lennon: dolor y sueños para un rebelde


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“Él fue un huérfano que llegó a formar parte del tejido básico de nuestras vidas para dejarnos un mensaje”, “yo vi en él un músico diferente y desde entonces mi vida cambió”, “durante muchos años he odiado a este personaje...por su forma de ser. Hoy ,veinte años más tarde, reconozco que su personalidad y su estilo han sido y seran por siempre irrepetibles”, “tuve la ocasión de conocerlo en persona. Era muy ingenioso, inteligente. Pero, en aquella época, yo no estaba seguro de si su actitud era tan solo una pose o esa era su verdadera forma de ser. Con el paso del tiempo comprendí que, efectivamente, él era así, y que era una persona con la que se hacia muy difícil entablar una relación social”, “era un tipo rudo e inquieto, para nada mi tipo, pero tenía aquella personalidad enigmática a la que no te podías resistir”, “ un músico excéntrico que fue capaz de reírse de todo y de todos, hasta de si mismo”, “es admirable por su música, pero también porque se pasó la vida haciendo lo que le dio la gana”, “desde siempre había sido distinto, y su diferencia respecto a los demás fue un obstáculo a superar...”, “resulta decepcionante comprobar que tu ídolo es un auténtico gilipollas”, “era un tipo tan diferente y especial que yo ni siquiera podía creer que existiera”, “un personaje muy siniestro...“...

Y así hasta la eternidad. No cesarán los ríos de tinta y ,cada cinco años, siento el hechizo del recuerdo, el deseo de recuperar o ser algo que pertenece a una generación y una época muy diferente a la actual (y de la que yo nunca, muy a mi pesar, fui testigo). Las expresiones, frases y citas que encabezan este escrito las he ido rescatando de la memoria o recogiendo de lecturas varias a lo largo de los años. Todas se refieren a la personalidad de John Winston Lennon y a su significación en el recuerdo colectivo de millones de seres en todo el planeta. Esas voces señalan que Lennon es uno de esos iconos de la cultura popular que ha dejado indiferentes a muy pocos y que aun con el transcurrir de las modas, los años y las generaciones, sigue siendo un puzzle irresuelto, un espejo en el que cada uno ve lo que le interesa y lo que nace de su deseo. El problema surge en el hecho de que Lennon dejó de ser una persona de carne y hueso desde el mismo momento en el que subió a un escenario ,encorbatado y frente a la reina madre de Inglaterra, allá por el año 1963. Desde entonces se ha convertido en un mito y su muerte prematura lo elevó al cielo de los dioses. En definitiva, a simple vista se puede vislumbrar poco más que una figura idealizada, irreal. Pero, ¿qué nos queda del ser de carne y huesos?. Mucho...o nada, su música y sus palabras, su arte y su expresividad punzante y cínica, su ternura y su ironia en muchas imágenes guardadas en el corazón. Quiero bucear en el trasfondo de su vida y obra. Explorar, en suma, algo de mi mismo en la mayor de las mitomanías, de entre todos los mitos que me han inspirado, el más grande y también el más cercano.

La pérdida Posted by Picasa


¿Quién no conoce algo de la historia de los Beatles?. Alguno ha dicho que la historia del siglo XX se divide en antes y después de los Beatles, que es casi situar a Lennon como la figura clave de los cien años más sangrientos de las historia. Y no deja de ser curioso que el mismo Lennon terminase erigiéndose como el gurú de la paz y la fraternidad universal y que su vida llegara al final con las heridas tras el sonido de las balas. Y más hermoso (o inquietante) es pensar que llegó al mundo entre el ruido de las bombas que caían sobre Liverpool en la madrugada del nueve de Octubre de 1940. En realidad, estamos ante una historia trágica de principio a fin y Lennon, fue, sobretodo, un hombre profundamente violento, muy marcado por los temores de su tiempo y por una infancia y adolescencia traumáticas.
La bibliografía es extensa y las numerosas entrevistas y declaraciones que nos han llegado son un soporte bastante completo para trazar un perfil del Lennon de carne y huesos en toda su trayectoria vital. El encanto del mito radica en la historia que encierra, la de un niño “diferente”, que pasa por una experiencia traumática en el seno de su entorno familiar; él y su madre se vieron abandonados por el padre quien, según cuentan, se marchó en un barco e hizo vida de traficante por los siete mares. Julia Stanley, la madre, se vio desbordada por la situación y abandonó al pequeño Johny, dejándolo bajo la tutela de su hermana, la tía Mimi. Estamos hablando de un niño que crece en el seno de una familia desestructurada, un huérfano, un desamparado. De hecho, la rudeza, la violencia y el cinismo de Lennon tienen su origen en esa etapa fundamental, en ese encadenamiento de tragedias que hicieron de él un hombre atormentado por su pasado, por la maldición familiar que lo abocó a una absoluta soledad. Aquí radica también el hecho de ser un niño “diferente” y un adolescente disfuncional. Ese desarraigo y la ausencia de estabilidad emocional (algo indispensable para un niño) moldearon una personalidad especial, genuina, truculenta, tormentosa, contradictoria, capaz de lo mejor y lo peor.

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Pero regresemos a la infancia. Solo Lennon podria aportar un testimonio veraz en términos absolutos, pero se ha escrito que ,originariamente, fue un niño amable y muy aplicado en los estudios. Sobresalía en literatura y arte, en imaginación espontánea y en un muy agudo y temprano sentido del humor, con inclinaciones hacia lo obsceno y el morbo por lo deforme, los lisiados y cualquier persona con algun tipo de defecto físico. ( Una cruel forma de diversión del Lennon más adolescente: según cuentan, cuando veia a alguien al que le faltaba algun miembro, se acercaba a él para hacer burla o soltarle algun sarcasmo).
Con el paso del tiempo, su carácter se fue haciendo cada vez más agrio. Se sentia muy frustrado por el abandono de su madre y por esa imagen auto percibida de sentirse diferente a los demás. Lo que se dice un genio congénito. A ese respecto, su primera esposa, Cynthia Powell, ya después del salto a la fama, explicaba: “Era lógico que se hiciera famoso, siempre ha sido tan diferente y original”. La fascinación por Lennon surge de ese halo enigmático que rodea al personaje: alguien tan especial que no puedes creer que sea real. Un adolescente rebelde y antisocial, despreciado e infravalorado por los profesores y por su propia familia, que acaba convirtiéndose en héroe, un ídolo mundial, que además, contribuiría con sus gestos y sus canciones a expandir considerablemente la conciencia colectiva.

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“Cuando era un niño, yo solia pensar: debo ser un genio, lo que pasa es que nadie se da cuenta”, dijo Lennon en una ocasión. El sufrimiento y la soledad se agudizaron ante la incomprensión de los adultos que lo rodeaban. Él se sentia un genio, pero la sociedad se empeñaba en decirle todo lo contrario. Todo ello daría pie a un resentimiento que acabaria tomando forma de actitudes autodestructivas. Y, siguiendo con esto, solo bajo esa luz debe ser interpretada otra de sus declaraciones, eructada desde su enfermiza egolatría: “¿Qué tengo que hacer, hijos de puta, para demostraros a todos que soy un genio?” .
Su aspecto desgarbado, su lenguaje soez e insultante y su mirada asesina responden a un carácter difícilmente estimable. Pero si Lennon era violento con el mundo que lo rodeaba en los suburbios de Liverpool, era precisamente por sentirse incomprendido. Se convirtió en un gamberro, vestido con chaqueta de cuero, botas de punta afilada, tupé, “y una mirada mortífera”, en palabras de la propia Cynthia. Jordi Sierra i Fabra matizaba en una ocasión: “Lennon fue un chico malo, un tipo duro agresivo y antisocial, que se hizo músico y triunfó para decirle a la sociedad que la mala era ella”. No en balde, tiempo más tarde, en los años setenta, en la canción “How?”, lanzó un reproche, el que desde siempre había estado encerrado debajo de la “chupa” de cuero: “¿cómo puedo expresar sentimientos/ si mis sentimientos siempre me han sido negados?/ ¿cómo puedo sentir amor si el amor es algo que yo mismo nunca he tenido?” . Y en Working class hero, acusaba : ”tan pronto como naces, ya te hacen sentir pequeño/ sin darte tiempo a nada en lugar de dártelo todo” .
Resulta facil intuir que gran parte de la obra musical de Lennon (sobretodo tras años de lecturas y audiciones de sus discos más destacados) es un desgarrador reproche de un niño huérfano resentido a causa de la soledad provocada por un padre y una madre ausentes, y la incomprensión de una sociedad que no supo tratar con su carácter, extremadamente inestable y emocionalmente desequilibrado. La tragedia de Lennon tocó sus primeros fondos cuando, una vez restablecida la relación con su madre, esta murió atropellada por un conductor borracho. Con 17 años, Lennon se vio definitivamente solo. O no. Le quedaba el Rock and roll, un buen amigo y buen músico amateur llamado Paul Mcartnhey y un artista bohemio, Stuart Sutcliffe, el verdadero “quinto beatle”. Sutclifee se convirtió en la sombra de Lennon en el Liverpool bohemio de camorras, prostitutas y exposiciones de pinturas vanguardistas. Stuart era el artista más prometedor de Liverpool y mucho se ha rumoreado la influencia de su persona y obra en las posteriores andanzas de Lennon, ya convertido en estrella del rock. Al parecer, también fue uno de los pocos que supieron ver más allá de la chupa de cuero y aquel aliento que apestaba a alcohol: contaba Pete Best (el falso “quinto beatle”) que Stuart solia decir que “hay muchas más cosas en él de lo que la gente es capaz de ver” . La historia le dio la razón. Lennon era mucho más que un gamberro, payaso y un estudiante de arte vago e indisciplinado.
Por aquella época lo expulsaron de la escuela de arte por su nula capacidad o por su vagancia. ¿Dónde estaba el genio que pretendía?. Además, cuentan que abusaba de bromas pesadas como echar jarros de agua fría a los estudiantes que deambulaban por los pasillos u orinar sobre las cabezas de los que pasaban por debajo de su ventana. A todo ello se sumaban muestras de una agresividad truculenta (¿una forma de expresar todo su dolor y resentimiento?). Con todo, no era lo que parecía y, como todo ser humano, encerraba un secreto. Gracias una vez más a las declaraciones de Cynthia Powell, la que fue su novia en aquellos días: “John tenia fama de ser el tipo más duro del instituto. Pero detrás de esa armadura fabricada cuál muralla de protección, había un chico de clase media lleno de ternura y sensibilidad”. Ah, aquí podemos empezar a ver algo de luz y coherencia, porque, ¿cómo conciliar al autor de “Imagine” y de “All you need is love“, con aquel adolescente agresivo, cínico y cruel?. Veamos las declaraciones del propio Lennon, que vienen a confirmar las de su primera novia y esposa: “Yo hacia el papel de tipo duro, pero no era real. La realidad es que siempre he sido muy débil, muy sensible, pero me fabrique una carcasa para protegerme de las neurosis de la gente” . ¿Todo era fingimiento?. Eso parece.


El destino fatal de Lennon siguió su curso. Cercano al tiempo de publicación del primer álbum de los Beatles, su mejor amigo (y su figura paternal) moría, a la edad de 20 años, de un infarto cerebral. El dolor por la pérdida, una vez más, su maldición. Cuentan que cuando Astrid Kircherr (novia de Stuart) le comunicó la noticia, John soltó una carcajada nerviosa y frenética y concluyó con una frase que viene a sintetizar su postura vitalista ante las desgracias del mundo: “Puedes morirte con él o seguir con tu vida” . Acto seguido, paso el tiempo enganchado a la botella y a las drogas. El dolor había superado su equilíbrio personal. A partir de ese momento y hasta el último de sus días, se convirtió en un drogadicto compulsivo que tuvo que lidiar con su alma, totalmente destrozada. La verdad es que el destino castigó a Lennon sin cesar: Brian Epstein, manager de los Beatles, acabaria siendo su nueva figura paternal ( y gran amigo y compañero de secretas -o no tan secretas - relaciones homosexuales)...y acabaria también muerto prematuramente en el año 1966, cuando los Beatles ya estaban en la cima de las cimas. Por aquellos días, Lennon tuvo una via de escape en la figura del Maharihsi introduciendose en la espiritualidad hindú y en todo tipo de charlataneria esotérica.

En el año 1963 comienza el éxito de los Beatles. Todos conocemos la historia de los cuatro fabulosos. Pero ahora podemos pensar que su lider y principal compositor, era un empedernido consumidor de drogas, un niño traumatizado atrapado en el cuerpo de un hombre que estaba convirtiéndose en el gurú y guia de toda una generación y que, incluso, terminó siendo una forma de entender la vida: la actitud rebelde, la libertad y la violación de tabues, la diversión, el dejarse el pelo largo. Lo dijo el mismo John Lennon: “Yo no tengo talento. Solo tengo talento para ser feliz y hacer lo que yo quiera” . Y en otra ocasión: “Yo he nacido para ser rico. Si no hubiera triunfado para poder ganarme la vida honestamente con la música, me hubiera convertido en un criminal, robaria para poder vivir” .

Creo que -a pesar de la notoria carga de egolatria y autobombo que reflejan sus declaraciones - sus palabras son muy sinceras y estamos ante un ídolo y un icono de la cultura popular que, si se dieran las circunstancias, hubiese sido un delincuente en toda regla, según lo ya señalado en el inicio del presente artículo, Lennon fue una persona fundamentalmente violenta, y, al parecer también, carente de escrúpulos en determinadas ocasiones. Pero aqui esta la madre del cordero y la raiz de su poder de fascinación: el angel y el demonio en una misma persona, lo que define la personalidad enigmática de Lennon.

Ignacio Juliá lo resume perfectamente en su brillante biografia (John Lennon, Ed. La mascara, 1996): “¿Quién era realmente el autor de algunas de las más recordadas páginas del pop clásico?. ¿Cuál de sus encarnaciones es la sustancial, la que más se aproxima a la verdad?. ¿El adolescente disfuncional, el Beatle despeinado y respondón, el profeta radical, el buscapeleas alcoholizado, el recluso entregado a una vida doméstica o el mártir que todavía ilustra miles de carteles, pegatinas y camisetas?” .
Si Lennon ha entrado a formar parte de mi más exaltada mitomanía, es por ese puzzle enigmático que configura al mito, pues mito és lo que no ha sido aprehendido más allá de unos perfiles idealizados. Este personaje fue el autor de “Imagine”, un himno universal que canta a la fraternidad entre los seres humanos y que revela, como tantas otras de sus canciones, una sensibilidad a flor de piel y un ser humano con conciencia y responsabilidad ante los problemas de la sociedad de su tiempo.
¿Podia ser al autor de “Imagine” un payaso nihilista, insensible, violento, cínico, alguien que estuvo a punto de estrangular a una de sus compañeras, desfiguró el rostro de Bob Woller con un objeto punzante, que intencionadamente hacia sufrir a los suyos con su arrogancia y carácter dominante, que, en realidad, en su vida privada y sentimental no hizo más que sembrar la desunión y el rencor?. Sean Lennon, su segundo hijo, le acusó hace unos años de forma contundente: “Mi padre era un hipócrita. Hablaba de paz y amor y sembraba el caos en su propia familia” .
Yoko Ono -una tiparraca tan enigmática y rara como él, la pareja perfecta- comentaba: “Imagine es lo que él, desde siempre, había querido expresar. Esa canción cristalizaba su sueño del mundo. Era algo que, de verdad, queria decirle a la humanidad” .

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Es conveniente centrar la atención en lo ya referido y sugerido por Jordi Sierra i Fabra: que Lennon fue un chico malo que, en el fondo, queria decirle a la sociedad que el mal se lo debía al mundo, por ser este incomprensivo para con su “diferencia“. Tal vez eso explica su pose agresiva, sarcástica y cínica frente a la gente de su alrededor.


Todo este buceo en la compleja personalidad de Lennon no pretende más que desmitificar una parte del mito. Se ha convertido en icono de la paz y el amor a alguien que, en su vida práctica y real, hizo muy poco que se correspondiera con esa imagen y mucho de lo contrario. En honor a la verdad, el mito se corresponde más con la idea de un ejemplo paradigmático de esa condición humana que Herman Hesse definió como “lugar donde se cruzan los fenómenos del mundo” . John Lennon, como todos nosotros, es la personificación de la ternura y del odio, de lo angelical y lo infernal.

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Pero yo me quedo con su música, sus gestos y su empresa con los Beatles. Ahora se que el lider de los Beatles era un hombre atormentado por una historia marcada por el sufrimiento. Pero que, a la vez, vengó el desprecio sufrido durante su infancia convirtiéndose en un héroe y en un ídolo mundial: “Siempre he sido diferente a los demás. De niño veia cosas que los demas no veian, y me preguntaba: ¿estare loco o soy un genio?” . Enigmáticas palabras que señalan que, de algún modo, Lennon fue un genio innato que sufrió la incomprensión de un entorno académico y familiar que no acertaba a vislumbrar sus aptitudes, su ingenio espontáneo, su creatividad musical y su capacidad visionaria. Ciertamente, en su faceta de músico compositor , fue genial en contadas ocasiones ( Strawberry fields, I am the Walrus, Lucy in the sky with diamonds, Norwegian Wood, Across the universe), pero siempre interesante gracias a su tremenda expresividad a la hora de expresar el amor, el desengaño, la frustración , el abandono, la insatisfacción ante la realidad, el idealismo, la visión psicodélica.
En cuanto a sus gestos y su forma de ser, es extraordinario el sentido del humor y la pose burlona que adoptaba siempre delante de las cámaras (en palabras de George Harrison, todos esos gestos extravagantes eran una forma de combatir el torbellino de fans y situaciones agobiantes que giraban en torno a él, era una estrategia para quitarle importancia al asunto porque, “la realidad era demasiado para él”), cuando ves las imágenes en su etapa Beatle, da la sensación de estar burlándose a la cámara. Sin duda, la mejor forma de minimizar los efectos de un estrellato acosador que roba todo atisbo de intimidad.

“La realidad era demasiado para él” . En una de sus primeras canciones en solitario, hallamos una estrofa que es otra clave para la comprensión del personaje, en “Mother“, declara de forma desgarradora :
“Niños, no hagais lo que yo hice/no podia ni andar/ y trate de correr/.”
La metáfora- y la advertencia- esconde una confesión estremecedora: que, en realidad, nunca estuvo preparado para afrontar el estrellato, el agobio y la exigencia del público que le pedía cada vez más a su genio. Ahí vemos al adolescente disfuncional y disléxico reconociendo que, tal vez, nunca fue el genio que él habia querido construir para compensar sus limitaciones y sus amarguras. Su carrera como Beatle se vislumbra como una desesperada huida hacia delante de alguien que, en verdad, solo estaba preparado y necesitado de un hogar y de unos padres que nunca tuvo. Sus delírios de grandeza no eran sino la manifestación del niño frustrado que sueña con vengarse del mundo convirtiéndose en héroe y teniendo la oportunidad de expresar todo el amor y la ternura que, en su vida práctica, real y familiar, nunca tuvo ocasión de exteriorizar. Para comprobarlo, ahí estan sus canciones, muchas de ellas derrochan ternura, amor, necesidad de perdón y reconciliación.

Yoko Ono supo ver más allá del ídolo,la única persona en muchos años que lo trató como un ser de carne y huesos (Jordi Sierra i Fabra) y le convenció para que dejara a los Beatles e iniciar un camino más íntimo, de desarrollo personal y artístico en libertad, sin el agobio de tener que estar obligado a cumplir con las expectativas de los fans. Efectivamente, en una grabación recientemente emitida por las cadenas de radio en todo el mundo, Lennon afirma que él dejó a los Beatles porque se sentia débil. Porque era demasiado para él. Porque lo que necesitaba era la madre que nunca tuvo. Yoko Ono se hizo con el papel y se llevó el gato al agua, junto con toda su inmensa fortuna. Y, hoy, ella, nadie más que ella, administra su legado...y lo disfruta. Una tiparraca de una inteligencia perversa. Al fin y al cabo, fue la única persona que consiguió que alguién tan inestable, incontrolable e independiente como Lennon, se postrara ante ella con sumisión hasta el punto que llegó a decir que “Yoko es la maestra y yo solo soy el alumno” ...

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Para concluir, por todo lo dicho aquí y por otras más que ahora no encuentran su lugar y tiempo, Lennon es un mito cercano, la historia de alguién maltratado por el destino y despreciado por su entorno institucional inmediato, que logró, a pesar de todo, hacer realidad uno de los sueños más hermosos: elevarse desde las cenizas y convertirse en héroe con solo una guitarra ,con toda su música y toda la fuerza de su imaginación. Cantar al amor y a la fraternidad universal , y cantar su dolor. Y cantar y expresar ese dolor de manera que todos podemos sentirnos identificados con él. Especialmente aquellos que, de un modo u otro, también hemos sido -o somos -“diferentes”, marginados, soñadores.
Por otro lado, Lennon es un modelo de inspiración para la libertad, la rebeldia por la rebeldia, el desparpajo...y el sentimiento.

Sentimiento...

Sentimiento...


“Durante toda mi vida he sido un rebelde aunque al mismo tiempo me hubiera gustado ser querido y aceptado por la sociedad y no ser este músico poeta, lunático y bocazas. Pero no puedo ser lo que no soy”
- John Lennon-


Gracias, Johny, por habernos dado una voz universal a tantos de nosotros.

29 de noviembre de 2005

Mi amor habla como el silencio

"My love she speaks like silence,
Without ideals or violence,
She doesn't have to say she's faithful,
Yet she's true, like ice, like fire.
People carry roses,
Make promises by the hours,
My love she laughs like the flowers,
Valentines can't buy her.

In the dime stores and bus stations,
People talk of situations,
Read books, repeat quotations,
Draw conclusions on the wall.
Some speak of the future,
My love she speaks softly,
She knows there's no success like failure
And that failure's no success at all.

[..]

("Love Minus Zero/No Limit", 1965)


Mi amor habla como el silencio
sin ideales ni violencia,
no tiene que decir que es fiel
sin embargo es sincero como el hielo, como el fuego.
La gente lleva rosas
y hace promesas a cada momento.
Mi amor ríe como las flores,
los regalos no pueden comprarlo.

En los mercados y en las paradas de autobús
la gente habla de situaciones
lee libros, repite citas,
escriben conclusiones en los muros.
Mi amor habla en voz baja
sabe que no hay exito como el fracaso
y que el fracaso tampoco es un éxito.

(traducción un poco libre, que las que tengo no me convencen mucho....)

Saludos, Konde...

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extraído de la Página:
http://www.eListas.net/foro/ramonbuenaventura

26 de noviembre de 2005

My del.icio.us

25 de noviembre de 2005

Cualquier día nos romperá la cabeza un
botijo cargadito de agua fría


A Maica, que elevó estas palabras a la pasión.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

He vuelto a Madrid, viaje de trabajo.
Llegada a bocajarro, ni tan siquiera los abrazos del amigo.
No volveré a vivir en esta ciudad,
todo es demasiado grande
y yo necesito esconderme entre palabras.
¿Estabas hace unas horas entre mis brazos?
Miro asustado. Pienso que nadie me puede ver.
Todos van demasiado preocupados
y ando nervioso
y ando asustado.
Necesito esconderme entre palabras.
cuando esté de nuevo entre tus brazos podré abrir un ojo.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

Lo más grande que cabe entre mis brazos es el amor.
Nadie lo entiende y yo tampoco.
Nos conocimos en un cine: El amante que supo esperar a la chica de azul.
La policía te hiere la memoria,
lloras entre mis brazos
y no sé...
no sé si puedo ayudarte.
Cualquier día nos romperá la cabeza
(un botijo cargadito de agua fría.
Mientras tanto te quiero.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

Vengo a Madrid y ocupo las habitaciones vacías.
Hemos decidido amarnos todos los días
como dos presos que escriben palos en la pared.
Pero tanta honradez hiere la carne dura.
Cualquier día nos romperá la cabeza
(un botijo cargadito de agua fría.
Y entonces ya será tarde para arrepentirme.

No hay pretensión ni esperanza
Tampoco derrota
Vivir en esta ciudad a golpe de compromiso.

- Madrid, viernes 4 de marzo de 1994-


¿O es que todo este miedo no te basta para vivir?

En casa manten plegados los paraguas
En la calle no pases por debajo de las escaleras
Y cierra los ojos cuando de noche camines
por el callejón de los gatos negros
Y no escupas la hostia sagrada si te sabe mal
después de tu desayuno con ensaimada
y deja las esperanzas para después
si en tu cuarto no hay un mueble de madera
Y sé bueno...
¿O es que todo este miedo no te basta para vivir?

por Tomás Rubio

22 de noviembre de 2005

Wild Strawberries
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En una de las consideradas grandes obras del maestro Bergman se puede comprobar la quintaesencia del séptimo arte: decir y expresar ideas, conceptos, sentimientos, sin que estos se expongan de forma explícita, crear un sendero de símbolos y mensajes alegóricos. Es el espectador quien tiene el lujo y el derecho de interpretar cada imagen y gesto.
En “Fresas salvajes” asistimos al infierno y cielo personal de un hombre que, en su vejez, descubre que el pasado apremia al presente para que las culpas puedan ser perdonadas, comprendidas y expurgadas. La cámara de Bergman es como una mirada profunda del alma de un ser humano. Todo empieza con una pesadilla y transcurre entre recuerdos y sueños que evocan un pasado feliz, ingenuo y transparente. En esta película parece existir una conexión entre el sueño y la vigilia, una red de relaciones que van formando alegorías en el inconsciente del personaje central cuya visión puede resultar tan siniestra como nostálgica. Lo siniestro y lo nostálgico estan presentes a lo largo de todo el metraje sirviendo de base para un conjunto cargado de pesimismo. No obstante, hay elementos que contrastan con las oscuridades internas de Isak; esos tres jóvenes ingenuos que hacen el papel de acompañantes casuales en todo un viaje espiritual hacia la expurgación de su egoísmo. En última instancia es su nuera quién le abre los ojos ante la realidad: que su muerte -y su egoísmo- amenaza con degradar la vida del hijo, ya contaminada por un pasado convulso. Convulsiones, siempre en este caso, acaecidas en los subterráneos de la existencia. Isak despierta y se reconcilia consigo mismo viajando, en sueños, hacia un pasado, no se sabe exactamente si feliz o infortunado, donde una paradisíaca visión de sus padres se convierte en el elemento más revelador. Isak, al final, vuelve al origen, al paraíso perdido de la infancia, hallando la paz.
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18 de noviembre de 2005

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La realidad es una sustancia fantasmal. Ragle Gumm se atrevió a sospechar de ella y obtuvo el pasaporte hacia la libertad.
La vida en si misma es una paranoia compuesta de variantes, distintos colores, prismas, perspectivas. Llámese quimera del hombre ansioso que busca más de lo que probablemente existe...pero acaba encontrando su tesoro en la duda. Dudar de todo. De cada instante y su significado, de cada corrimiento de las hojas movidas por el viento, de las llaves olvidadas en un sitio en el que sabes que nunca las habías guardado, aquel lapsus linguae impertinente y sin sentido o el singular aspecto de ese ciudadano con el que, no se porqué, todas las mañanas me cruzo en la misma esquina. ¿Me estan vigilando? ¿Soy el protagonista de una historia “superior”? ¿Hay un secreto terrible detrás de cada gesto, de cada acontecimiento y de los vaivenes en la cocina o al entrar en el cuarto de baño?. En suma, ¿es la vida lo que parece o se nos amaga un gran iceberg?.
Al centro y éxtasis mismo de esa terrible paranoia metafísica nos conduce Tiempo desarticulado, uno de los clásicos de Philip K. Dick. A primera vista, es un libro de ciencia ficción repleto de pajas mentales varias sostenido sobre un pilar argumental no del todo consistente, dando la impresión -al terminar el libro -de que han quedado algunos cabos sueltos. Lo fascinante, de todas formas, es el clima paranoico que arrastra al lector hacia pensamientos perturbadores, especialmente para lectores de espíritu imaginativo, aquellos que dudan de la realidad en lo más nimio, dudan hasta de si mismos y se ríen de todas las leyes conocidas. De la mano de esta brújula psíquica, paranoia no es el nombre de una enfermedad, sino de la libertad, la libertad absoluta, la ascensión al “pleroma“, a la verdadera realidad, según el ideal gnóstico que pretende liberar al hombre de esta cárcel, que es el mundo. La paranoia de Ragle Gumm es, en última instancia, una llave maestra que despedaza la realidad ilusoria -la cárcel -y abre la puerta hacia el camino de otros universos, en un espacio donde encontrar la trascendencia de la vida.
El libro empieza con una historia de tono costumbrista. Gumm es un tipo que vive con su adorable familia de humildes trabajadores, él se gana un buen sueldo jugando a adivinar la ubicación del hombrecito verde en una página del periódico. Algo tan cotidiano y banal. La rutina diaria no amenaza la seguridad o emponzoñamiento de esos seres de la América rural. Pero, un buen dia, alguien entra en el cuarto de baño...y descubre que hay algo en la realidad que no funciona, que no encaja. El mundo se vuelve fantasmal y Ragle Gumm inicia su aventura en busca de la verdad: el mundo se ha convertido en un campo de batalla entre los partidarios de la vida “terrenal” (el mundo feliz) y los lunáticos que buscan la conquista del espacio exterior, ir más allá de las fronteras trazadas por dios, el paraíso carcelario contra el que se rebelan para alcanzar los “cielos“. En este libro late una alegoría sobre el salvador del mundo ,humilde y anónimo para sus semejantes (aquellos que comparten con él este mundo de ilusión, falso y estafado) pero de quien toda una civilización depende para salvar la vida y sus ideales. Gumm, al final, descubre que su destino y su deseo esta con los lunáticos. Para cumplir con su misión, debe olvidar a toda su familia y romper con el mundo conocido para luchar por la reconciliación de las partes y por el sueño de superar las fronteras del espacio humano.

Concluyendo, este libro hunde sus bases en pensamientos filosóficos y en ideales que se ocultan, levemente, detrás de una paranoia que va más allá de si misma, independientemente de la verdadera intención de la pluma de Philip K. Dick.

Este es, realmente, un libro para lunáticos y para quienes sepan desgarrar la realidad con un sencillo golpe de imaginación.

8 de noviembre de 2005

Elogi de la senzillesa i de la tradició
per Vicent García

«El Coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento. Sobrevivió a una carga de estricnina en el café que habría bastado para matar a un caballo. Rechazó la Orden del Mérito que le otorgó el presidente de la república. Llegó a ser comandante general de las fuerzas revolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido por el gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografia. Declinó la pensión vitalicia que le ofrecieron después de la guerrra y vivió hasta la vejez de los pescaditos de oro que fabricaba en su taller de Macondo. Aunque peleó simpre al frente de sus hombres, la única herida que recibió se la produjo él mismo después de firmar la capitulació de Neerlandia que puso término a casi veinte años de guerras civiles. Se disparó un solo tiro de pistola en el pecho y el proyectil le salió por la espalda sin lastimar ningún centro vital. Lo único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre de Macondo. Sin embargo, según declaró pocos años antes de morir de viejo, ni siquiera eso esperaba la madrugada en que se fue con sus veintiún hombres a reunirse a las fuerzas del general Victorio Medina.»

GARCÍA MARQUEZ, Gabriel, Cien años de Soledad, «Letras Hispánicas», Ediciones Cátedra, Madrid, 1997, (edición de Jaques Joset).


- Elogi de la senzillesa -

Per saber escriure, cal llegir; i posats a escollir, cal llegir els millors escriptors. De fet, un escriptor o un llibre esdevé clàssic no sols per la dèria crítica i analítica dels professors universitaris, sinó també perquè al plus de gràcia natural s'afegeix un domini de la tècnica literària i lingüística astorador.

En aquest fragment de Cien años de Soledad es pot apreciar aquest domini brutal d'una manera aclaridora. Potser que algú se sorprenga per aquesta afirmació. I més encara si ens adonem que el text es caracteritza sintàcticament per la senzillesa: oracions en preterit perfet simple juxtaposades o coordinades; les subordinades, de relatiu o temporals (no hi ha causals, ni concessives, ni finals...); períodes sintàctics curts (cap oració arriba a les tres línies); sempre el mateix subjecte (el coronel Aureliano Buendía); i sempre la mateixa estructura sintàctica (subjecte + verb + complements).

I què aconsegueix García Márquez amb aquest fragment? Descriure'ns la personalitat del coronel amb tal exactitud que sabem que és cabut, senzill, emprenedor, contradictori, lligat a un món màgic superior (anècdota dels fills i del tret al pit), i poc amic d'homenatges.
Però, hi ha cap adjectiu al llarg de tot aquest fragment que es referisca a Aureliano Buendía? Hi ha cap moment en què el narrador ens diga El coronel era...? Hi ha cap paraula que descriga, jutge, matise o definisca el coronel? La resposta és no.
Si volem esbrinar el secret de García Márquez, podem recórrer a una paràfrasi biblíca: pels seus actes els coneixereu. El narrador, quan decideix contar-nos literalment els actes del coronel Aureliano Buendía, sap que l'enumeració d'aquests ja té la suficient força perquè endevinem com és sense necessitat d'explicar-nos-ho. A més, s'estalvia la tasca feixuga d'encertar els adjectius que s'adequen al personatge i deixa lliure al lector perquè es cree una imatge pròpia de qui va ser el coronel Aureliano Buendía. Imatge que, paradoxalment sense cap adjectiu, es crea quasi idèntica - fique la mà dins del foc - en la majoria dels lectors.

Com que el narrador només ens ha presentat actes, com que no ha judicat, s'ha distanciat i ens ha permés accedir a un món on els personatges tenen vida pròpia, sense la coerció de cap mena de judici.

Acció, no descripció. Verbs i substantius, no adjectius. Oracions curtes, no llargues. I amb això, potser una de les millors etopeies ('descripció del caràcter o els costums d'un personatge'; la descripció física s'anomena prosopografia) que s'han escrit mai d'un personatge.
Recordem-ho, doncs: si bé els adjectius ensucren, també embafen. A més, les postres, normalment el plat més esperat per molts, no sempre han de ser dolces. Però no per això deixen de ser postres. De vegades, són millors. Ens sorprenen.

- Elogi de la tradició -

Els conceptes etopeia i prosopografia pertanyen a la tradició retòrica grecollatina. Si afirmem que l'escriptura s'ha de suportar en un coneixement profund i sistemàtic de la retòrica i dels recursos literaris, ningú s'atreviria a escriure. Però, s'ha de saber almenys de què va. Per posar un exemple, quan García Márquez escriu aquest fragment que hem citat, el col·loca a principi de capítol i sols es refereix als trets psicològics (els físics els descriurà després). Per què? Molt senzill. Tot personatge s'ha de presentar, ha de tenir uns precedents per tal que el lector sàpia situar-se en la història. Més encara, quan el narrador cita Buendía realitza un flash forward (contrari de flash back) que ens remet a coses que encara no ha contat, i ens crea, doncs, expectatives (les de saber com és psicològicament, i les de conéixer al detall la seua peripècia vital).

És a dir, empra un recurs que s'emmarca dins de la seua estrategia compositiva, que s'adapta al paper que el narrador juga en el relat. Un paper omniscient però no manipulador, un demiürg que ens embolica però que alhora ens aclareix dubtes.

La tècnica i el coneixement dels recursos del llenguatge esdevenen condicions imprescindibles si volem escriure des de la humilitat. Al cap i a la fi, els llatins ja digueren fa més dos mil anys que nihil novum sub sole ('no hi ha res nou sota el sol'). Segur que alguna cosa nova s'ha dit i escrit en literatura, però els patrons i els recursos continuen, en línies generals, sent els mateixos. No es pot escriure sense pertànyer a cap tradició, a cap corrent. I eixa tradició l´hem de conèixer. Reblem més el clau: com es pot escriure literatura innovadora si no es coneix allò que es vol innovar?

Publicado en Escribano 2 (Abril 2000)


Libérate del Kárate Clásico

Por Bruce Lee

En septiembre de 1971, la revista americana de artes marciales Black Belt publicó un artículo escrito por Bruce Lee titulado "Libérate del Karate Clásico". Aquel artículo, que con el tiempo se ha convertido en todo un símbolo de las artes marciales, fue muy criticado en su momento por los distintos instructores y practicantes de artes marciales debido a su naturaleza "revolucionaria", en la cual clamaba que las artes marciales clásicas se encontraban obsoletas ante la realidad de la lucha en la vida cotidiana. Bruce afirmaba que un combate real no es predecible y que cada agresor actúa de una forma diferente, lo cual hace ineficaz a los sistemas clásicos de lucha donde los ataques y las defensas están predeterminados (tú atacas así y yo me defiendo de esta o aquella manera). Fue revolucionario porque a través de él Bruce fue el primero en poner en duda todas las organizaciones de artes marciales clásicas de por aquel entonces. El tiempo, sin duda, le ha dado la razón, puesto que como podemos ver día a día, las artes marciales han ido evolucionando y eliminando cada vez más reglas y formalismos hasta ir buscando una mayor similitud con el combate real.

Así pues, tenéis ante vosotros el artículo que tambaleó el mundillo de las artes marciales y que ha inspirado a infinidad de artistas marciales de todo el mundo, ayudándoles a buscar su propia verdad y a no ser una copia de nadie ni a estar limitados por ninguna atadura clásica.


Un erudito fue una vez a un maestro Zen para preguntar sobre el Zen. Mientras el maestro Zen le explicaba, el erudito le interrumpía constantemente con observaciones como: "¡Oh, sí, nosotros también tenemos eso...!" y así sucesivamente.

Finalmente el maestro Zen cesó de hablar y empezó a servir té al erudito. Le llenó la taza, y entonces continuó vertiendo hasta que la taza se desbordó.

"¡Basta!", interrumpió una vez más el erudito. "¡Ya no cabe más en la taza!". "Efectivamente, ya lo veo", respondió el maestro Zen. "Si no vacías primero tu taza, ¿cómo puedes saborear mi taza de té?".

Espero que mis camaradas en las artes marciales leerán los siguientes párrafos con una mente abierta, abandonando todas las cargas de opiniones preconcebidas y conclusiones. Este acto, de paso, tiene en sí mismo un poder liberador. Después de todo, la utilidad de la taza reside en su vacío.

Hacer que este artículo se relacione directamente contigo, aunque es sobre JKD, está principalmente relacionado con el florecimiento de un artista marcial – no un artista marcial "chino" o "japonés". Un artista marcial es primero un ser humano. Así como las nacionalidades no tienen nada que ver con la humanidad de uno, del mismo modo nada tienen que ver con las artes marciales.

Abandonad vuestro escudo protector de aislamiento y relacionaros directamente con lo que se está diciendo. Retornad a vuestros sentidos mediante el cese de toda intervención de la interferencia intelectual. Recordad que la vida es un proceso constante de relación. Recordad también que no busco ni vuestra aprobación, ni influenciaros hacia mi forma de pensar. Estaré más que satisfecho si, como resultado de este artículo, comenzáis a investigar todo por vosotros mismos y cesáis de aceptar sin ninguna crítica las fórmulas pre-escritas que dictan "esto es esto" y "aquello es aquello".

- Sobre la observación sin elección -

Supongamos que varias personas que están entrenadas en diferentes estilos de artes combativas presencian una pelea callejera. Estoy seguro de que escucharíamos diferentes versiones de cada uno de estos estilistas. Tales variaciones son bastante comprensibles, puesto que uno no puede ver un combate (o lo que sea) "como es" mientras esté cegado por su punto de vista elegido, por ej. el estilo, y verá la lucha a través de las lentes de su condicionamiento particular. Luchar, como tal, es simple y total. No está limitado a tu perspectiva o condicionamiento como artista marcial chino, coreano, o "cualquier otro" artista marcial. La verdadera observación empieza cuando uno se desembaraza de los patrones establecidos, y la verdadera libertad de expresión tiene lugar cuando uno está más allá de los sistemas.

Antes de que examinemos el jeet kune do, consideremos exactamente lo que es realmente un estilo de arte marcial "clásico". Para empezar, debemos reconocer el hecho incontrovertible de que independientemente de sus muchos orígenes coloridos (por un sabio, un monje misterioso, por un mensajero especial en un sueño, o por una revelación sagrada), los estilos son creados por los hombres. Un estilo nunca debería ser considerado como una verdad evangélica, cuyas leyes y principios nunca pueden ser violados. El hombre, el individuo vivo, creador, es siempre más importante que cualquier estilo establecido.

Es concebible que hace mucho tiempo un cierto artista marcial descubriera alguna verdad parcial. Durante su vida, el hombre resistió la tentación a organizar esta verdad parcial, a pesar de que esta es una tendencia común en la búsqueda del hombre de seguridad y certeza en la vida. Tras su muerte, sus estudiantes tomaron "sus" hipótesis, "sus" postulados, "su" inclinación y "su" método y los convirtieron en ley. Credos impresionantes fueron entonces inventados, solemnes ceremonias de refuerzo prescritas, filosofía y patrones rígidos formulados, y así sucesivamente, hasta que finalmente una institución fue erigida. Así pues lo que se originó con la intuición de un hombre de algún tipo de fluidez personal, fue transformado en conocimiento solidificado, fijo, completo con respuestas organizadas, clasificadas, presentadas en un orden lógico. Al hacerlo así, los bienintencionados, seguidores leales no sólo hicieron de este conocimiento un altar sagrado, sino también una tumba en la cual enterraron la sabiduría del fundador.

Pero la distorsión no necesariamente terminaba aquí. En reacción a "la verdad de otro", otro artista marcial, o posiblemente un discípulo insatisfecho, organizó una aproximación opuesta – tal como el estilo "blando" frente el estilo "duro", la escuela "interna" frente a la "externa", y todas estas tonterías separatistas. Pronto esta facción opuesta se convirtió en una gran organización, con sus propias leyes y patrones. Comenzó una rivalidad, con cada estilo clamando poseer "la verdad" descartando a todos los demás.

A lo mejor, los estilos son meramente partes diseccionadas de un todo unitario. Todos estos estilos requieren ajuste, parcialidad, negaciones, condenación y un montón de auto-justificación. Las soluciones que pretenden proporcionar son la causa principal del problema porque limitan e interfieren con nuestro crecimiento natural y obstruyen el camino a la comprensión genuina. Divisivos por naturaleza, los estilos mantienen a los hombres aparte unos de otros más que unirlos.

- La verdad no puede ser confinada -

Uno no puede expresarse a sí mismo plenamente cuando se encuentra aprisionado en un estilo limitante. El combate "como tal" es total, e incluye todos los "es" así como los "no es", sin líneas o ángulos favoritos. Al carecer de ataduras, el combate es siempre fresco, vivo y constantemente cambiante. Vuestro estilo particular, vuestras inclinaciones personales, y vuestro carácter físico son todo partes del combate, pero no constituyen el todo del combate. Vuestras respuestas deberían ser dependientes de cualquier parte individual, reaccionaréis en términos de lo que "debería ser" más que de la realidad del siempre cambiante "lo que es". Recordad que mientras el todo es evidenciado en todas sus partes, una parte aislada – eficiente o no – no constituye el todo.

Los ejercicios repetitivos prolongados ciertamente producirán precisión mecánica y seguridad de la clase que llega de cualquier rutina. No obstante, es exactamente este tipo de seguridad "selectiva", o "muletas", las que limitan o bloquean el crecimiento total de un artista marcial. De hecho, bastantes practicantes desarrollan tal afición por ellas y dependencia de sus "muletas" que ya no pueden caminar más sin ellas. De este modo, cualquier técnica especial, aunque esté inteligentemente diseñada, es en realidad un obstáculo.

Dejemos claro de una vez por todas que yo no he inventado un estilo, composición ni modificación nueva. De ningún modo he establecido el jeet kune do dentro de una forma distinta gobernada por leyes que lo distinguen de "este" estilo o "aquel" método. Al contrario, espero liberar a mis camaradas de las ataduras a los estilos, patrones y doctrinas.

¿Qué, pues, jeet kune do?. Soy el primero en admitir que cualquier intento de cristalizar el jeet kune do en un artículo escrito no es tarea fácil. Pero literalmente, "jeet" significa interceptar o parar; "kune" es el puño; y "do" es el camino, la realidad definitiva. Por consiguiente, jeet kune do es el camino del puño interceptor. Recordad, no obstante, que "jeet kune do" es meramente un nombre conveniente. No estoy interesado en el término en sí; estoy interesado en su efecto de liberación cuando el JKD es utilizado como un espejo para la auto-examinación.

A diferencia de un arte marcial "clásico", no hay series de reglas o clasificación de técnica que constituyan un método de luchar "jeet kune do" distinto. JKD no es una forma de acondicionamiento especial con su propia filosofía rígida. Mira al combate no desde un solo ángulo, sino desde todos los ángulos posibles. Mientras que el JKD utiliza todos los caminos y medios para servir a su fin (después de todo, la eficiencia es cualquier cosa que cuenta), no está atado por ninguno y por tanto es libre. En otras palabras, JKD posee todo, pero en sí mismo no es poseído por nada.

Por lo tanto, intentar definir el JKD en términos de un estilo diferente – sea gung-fu, karate, lucha callejera, o el arte marcial de Bruce Lee – es perder completamente su significado. Su enseñanza simplemente no puede confinarse dentro de un sistema. Puesto que JKD es a la vez "esto" y "no esto", tampoco se opone ni se adhiere a ningún estilo. Para entender esto plenamente, uno debe trascender de la dualidad de "por" y "contra" en una unidad orgánica en la cual no hay distinciones. La comprensión del JKD es la intuición directa de esta unidad.

No existen fijaciones preestablecidas o "kata" en la enseñanza de JKD, ni son necesarios. Considerad la sutil diferencia entre "no tener forma" y tener "no-forma". La primera es ignorancia: la segunda es trascendencia. A través del sentimiento corporal instintivo, cada uno de nosotros conocemos nuestra propia manera más eficiente y dinámica de lograr una nivelación efectiva, equilibrio en movimiento, y uso económico de la energía. Los patrones, técnicas o formas sólo tocan la franja del entendimiento genuino. La esencia del entendimiento reside en la mente individual, y hasta que sea tocada todo es incierto y superficial. La verdad no puede ser percibida hasta que lleguemos a comprendernos plenamente a nosotros mismos y nuestros potenciales. Después de todo el conocimiento en las artes marciales definitivamente significa auto-conocimiento.

En este punto podéis preguntar "¿Cómo obtengo este conocimiento?". Eso tendréis que averiguarlo por vosotros mismos. Debéis aceptar el hecho de que no existe ayuda, sino auto-ayuda. Por la misma razón no puedo deciros como "ganar" la libertad, puesto que la libertad existe dentro de vosotros. No puedo deciros como "ganar" auto-conocimiento. Mientras sí puedo deciros qué no hacer, no puedo deciros qué deberíais hacer, puesto que eso sería confinaros a una aproximación particular. Las fórmulas sólo pueden inhibir la libertad; las prescripciones dictadas externamente sólo apagan la creatividad y aseguran la mediocridad. Tened en mente que la libertad que se origina del auto-conocimiento no puede ser adquirida a través de una adherencia estricta a una fórmula. No nos convertimos en libres de repente; simplemente somos libres.

Aprender no es definitivamente una mera imitación, ni es la habilidad para acumular y expeler el conocimiento fijado. Aprender es un proceso constante de descubrimiento, un proceso sin fin. En JKD no empezamos por acumular sino por descubrir la causa de nuestra ignorancia, un descubrimiento que incluye un proceso de desprendimiento.

Desafortunadamente, la mayoría de los estudiantes de artes marciales son conformistas. En vez de aprender a depender de sí mismos para la expresión, siguen ciegamente a sus instructores, no sintiéndose ya más solos y encontrando seguridad en la imitación masiva. El producto de esta imitación es una mente dependiente. La indagación independiente, la cual es esencial para la comprensión genuina, es sacrificada. Mirad alrededor de las artes marciales y sed testigos de la variedad de realizadores de rutinas, artistas de trucos, robots insensibles, glorificadores del pasado, y así sucesivamente – todos los seguidores o exponentes de la desesperación organizada.

¿Con qué frecuencia se nos dice por parte de los diferentes "sensei" o "maestros" que las artes marciales son la vida misma?. ¿Pero cuántos de ellos comprenden verdaderamente lo que están diciendo?. La vida es un movimiento constante, no estancamiento. En vez de fluir sin elección con este proceso de cambio, muchos de estos "maestros", pasados y presentes, han construido una ilusión de formas fijas, suscribiéndose rígidamente a los conceptos y técnicas tradicionales del arte, solidificando lo siempre-fluyente, diseccionando la totalidad.

La visión más penosa es ver a sinceros estudiantes repetir seriamente esos ejercicios imitativos, escuchando sus propios gritos y chillidos espirituales. En la mayoría de los casos, los medios que estos sensei ofrecen a sus estudiantes son tan elaborados que los estudiantes deben prestarles una tremenda atención, hasta que gradualmente pierden de vista el fin. Acaban realizando sus rutinas metódicas como una mera respuesta condicionada, más que responder a "lo que es". Ya no escuchan más a las circunstancias; recitan sus circunstancias. Estas pobres almas han llegado a ser atrapadas inconscientemente en la miasma del entrenamiento de las artes marciales clásicas.

- Señalando la verdad -

Un profesor, un sensei realmente bueno, no es nunca un dador de "verdad"; es un guía, un indicador de la verdad que el estudiante debe descubrir por sí mismo. Un buen profesor, por lo tanto, estudia a cada estudiante individualmente y anima al estudiante a auto-explorarse, tanto interna como externamente hasta que, definitivamente, el estudiante se integra con su ser. Un buen profesor es un catalizador. Además de poseer una profunda comprensión, también debe tener una mente despierta dotada de gran flexibilidad y sensibilidad.

No hay ninguna regla establecida en el combate total, y la expresión debe ser libre. Esta verdad liberadora es una realidad sólo en tanto que sea experimentada y vivida por el propio individuo; es una verdad que trasciende los estilos o disciplinas.

Recordad, también, que jeet kune do es meramente un término, una etiqueta para ser usada como un bote que lo transporta a uno para llegar al otro lado; una vez en el otro lado, debe ser abandonado y no cargado en la espalda.

Estos pocos párrafos son, en todo caso, un "dedo señalando a la luna". Por favor no toméis al dedo por la luna ni fijéis vuestra miradas tan intensamente en el dedo que perdáis todas las hermosas vistas del cielo. Después de todo, la utilidad del dedo está en señalar desde sí mismo a la luz que ilumina el dedo y todo.

http://membres.lycos.fr/blmj/liberate.htm

1 de noviembre de 2005

La revolución de los "bobos" (Pobres insomnes)

A veces, al despertarme, tengo la sensación de haber perdido algo durante mi travesía por el mundo de los sueños. Algo importante, precioso y reparador. Es como si el retorno a la vigilia fuese una muerte. La vida es la muerte y el sueño una vida ,tan real en su esplendor, que acaba por hacer creer al alma que allá esta el verdadero hogar. No sé. Es extraño. La gente no hace caso de los sueños, la mayoría ni siquiera los recuerda. Mala costumbre y ceguera del espíritu que nos niega el disfrute de un fenómeno cuya extrañeza abruma a todo ente atento a esas vivencias que se dan en medio de la noche, entre las sábanas acurrucados y fugitivos del mundo.
Yo, normalmente, tampoco recuerdo lo que he soñado. Pero sí, de vez en cuando, me despierto regenerado, mediante un misterioso proceso que opera durante el descanso nocturno. Menuda perogrullada, pensará alguno. Dormimos precisamente para descansar y afrontar en plena forma cada nuevo dia. No, mi pluma -inútil y voluntariosa- , intenta expresar y explicar otra cosa...¿maravillosa?, ¿inefable?, ¿quimérica sin más?. Puede que tan solo sean quimeras, pretensiones de un visionario frustrado y al que, demasiado a menudo, la vida se le hace pequeña. Creo que puedo usar palabras como: emoción, embriaguez, sensación de trascendencia. Lo cierto es que todo eso aporta un insuflo de vida, vida mayúscula, de seguridad y equilibrio emocional.

Este tipo de experiencias pueden confundirse con los llamados “viajes astrales”, especialmente las personas poco formadas que atribuyen cualquier ensoñación o estado onírico a una especie de desdoblamiento o separación del cuerpo físico, cuando en realidad todo ha sucedido en su mente. En una ocasión mi padre me contó su “viaje astral”: ese dia se había levantado con una inusual “sensación de vida”, totalmente descansado, pletórico, regenerado psíquica y físicamente. El hombre, ingenuo y cándido, me contó que ese estado de bienestar era consecuencia de un sueño en el que había tenido un encuentro con unos misteriosos personajes que le insuflaron toda esa vitalidad, según la apreciación de mi padre. Para él fue algo muy especial, me lo contaba como si fuera algo excepcional. Y, en definitiva, para él era “un viaje astral”.
A mi me pasa a menudo; son sueños llenos de cosas, situaciones, personajes, todo ello indefinido, que no puedes recordar con claridad...pero que te deja una huella. Y esa huella permanece todo el dia, como mínimo.

Algunos amamos tanto a los sueños, que casi nos pasamos el dia perpetuando la experiencia. Ello hace de ti un “alelado” o “bobo” a los ojos de otra gente y en determinadas situaciones. Yo siempre he sido un “alelado”, uno de esos bobos que absorbían el tiempo mirando las sombras de una pared o el majestuoso vuelo de un ave allá en el cenit, o el caer de la lluvia otoñal, los colores del cielo en un atardecer. Ser bobo y alelado es, por tanto, la clave de la perpetuación de la magia del mismo modo que soñar por las noches es la fuente generadora de ese “poder”.

Vivimos en una sociedad de insomnes. La muerte del sueño nos convierte en sonámbulos, lo cual supone todo lo contrario: una muerte perpetua, tanto en vida soñada como en la vida de vigilia. De ahí la desorientación e infelicidad de muchos seres. Merece la pena, pues, recuperar el hábito del buen dormir. Es, lo digo con socarronería, pero al dato, la felicidad de los bobos, los alelados, los que miran a las musarañas y los que saben perderse en la aventura de lo desconocido.
Como decía, es inefable. Lo que escribo puede antojarse más o menos críptico y “esotérico”, pero no es más que el fruto de noches bien aprovechadas. Y del cachondo mental que llevo dentro...

Ahora, me voy a dormir. Si hay suerte, encontraré un tesoro enterrado en algún rincón de mi inconsciente. Y mañana, al levantarme, estaré otra vez preparado.

A mi los soñadores, los artistas, los creadores, las hadas nocturnas y los hombres que caminan con la mirada alta y orgullosa.

A pesar de todo...

29 de octubre de 2005




Balneario de Aigues de Bussot


Como habíamos planeado nos escapamos a Sella el fin de semana.
Es un tranquilo pueblo de Montaña , en el interior de Alicante. Nos acompañan unos amigos que también necesitan desconectar de la vida rutinaria.

Desde Sella salimos en dirección a Relleu, para llegar al viejo balneario de Aigues, un lugar fantasmal, donde en otro tiempo hubo lujo y belleza. Todavía pueden verse las viejas fotos de un establecimiento donde tomaban los baños la gente adinerada de los contornos. Incluso la Reina Victoria de Inglaterra visitó estos lares allá por el 1800.

Hoy sólo conserva ruinas y deterioro. Volvemos de visita, pero esta vez hago fotos del interior, ya que la valla ha sido derribada.

El balneario, hoy a la espera de su rehabilitacion y reapertura, quizá sea el enclave mas importante de la zona pues la fama de sus aguas termales es bien conocida desde antaño, como prueba la existencia de salvoconductos concedidos a moriscos en el siglo XV para ir a tomar "los baños de Aigues". Han existido varios edificios destinados a balneario desde tiempos remotos, todos ellos enclavados siempre en el mismo sitio.

La propiedad del lugar ha pasado por varias manos. El primer documento encontrado donde se habla del Balneario es un Privilegio fechado el 30 de noviembre de 1596 en el que se reconoce el dominio de las aguas a la ciudad de Alicante, en manos de quien continuará hasta 1816. A partir de ese año comenzará un litigio entre la familia del marqués del Bosch (tambien conde de Casas Rojas) y el Ayuntamiento de Alicante acerca de la propiedad del lugar que no se resolverá hasta 1865, fecha en la que el Juzgado de Jijona reconoce al conde de Casas Rojas como legítimo propietario de los Baños.

Este balneario fue edificado en 1816 a cargo del "Marqués de Torrellano" . En 1936 pasó a manos del Estado que lo destino a tratamiento de niños tuberculosos con la consecuencia de que, al extinguirse la enfermedad, se inició el desuso del mismo. Se abandonó en los años 70.

Puedes visitar el viejo balneario a través de las fotos que hay en la siguiente página:

http://www.internet-spain.com/busot/

28 de octubre de 2005

Caso Karen

- ¿Por qué la protagonista, Karen, se acuesta con el crítico, con el editor, con todos los del mundillo literario?

Porque lo confunde todo, lo personal y lo profesional. Cuando esto pasa, surgen relaciones muy perversas, en la literatura y en cualquier otro tipo de trabajo.

de una entrevista con Angel Mañas.

Ajá, así es como se suben las fotos...
Servicios Web

Cómo sacar partido a Internet trabajando desde cualquier ordenador
. Gmail - Feedness - Flickr - La Coctelera

* http://mail.google.com/mail

Puedes consultar tu correo personal desde cualquier navegador web. Desde hace un tiempo vengo utilizando el servicio de Gmail para gestionar mi correo electrónico. La página tiene un diseño sencillo y es muy intuitiva a la hora de usarla; me he cansado de tener que configurar el outlook express en cada ordenador de mi casa. Un correo web es por definición portátil, ubicuo y muy fácil de utilizar. Pienso como Enrique Dans que Gmail es una avanzadilla en los servicios web del futuro. Una ventaja importante de Gmail es que puedes encontrar cualquier mensaje que tengas almacenado en cuestión de segundos, ya que utiliza la tecnología de búsqueda de Google.Se acabó el perder tiempo organizando el correo en carpetas. Para aquellos que deseen un plus de seguridad en su correo y en previsión de posibles problemas también tenéis la opción de hacer una copia de seguridad de todos los emails en vuestra cuenta POP. El servicio está en versión beta y necesitas que alguién te invite para poder acceder a una cuenta. Sin embargo os lo recomiendo encarecidamente. Si alguien no tiene Gmail y quiere una cuenta gratuita sólo tiene que enviarme tu dirección de correo y con mucho gusto te enviaré una.

* http://www.feedness.com/

Otro servicio muy útil para estar informado sobre los temas que se publican en los blogs o bitácoras personales. Funciona también por subscripción, aunque en este caso no necesitas invitación; tan sólo tienes que acceder a la página principal y rellenar el formulario. Te piden un nombre de usuario y una contraseña, también necesitas una dirección de correo. Una vez tienes tu cuenta activada puedes suscribirte a cientos de canales de información, muchos de ellos en castellano. Siempre que quieras podrás leer las últimas noticias desde una sóla página web y sin tener que ir a buscar la información.Son los servicios de sindicación o RSS. Aumenta tu eficacia a la hora de leer contenidos de diferentes fuentes.Una promesa que por fin se hizo realidad. Indispensable.

* http://www.flickr.com/

Quieres tener tu album de fotos en Internet? Con Flickr podrás enseñar tus fotos a los amigos sin tener que gastar dinero en revelados. El procedimiento es remitir la dirección de tu album fotográfico a la gente interesada. Ellos se conectarán y desde ese momento podrán ver tus fotos y añadir comentarios a cada una de ellas.Para poder usar el servicio primero tienes que subscribirte. Una vez tengas una cuenta puedes subir tus fotos de dos maneras. La primera es desde la propia página de Flickr, una segunda posibilidad es enviar la imagen por correo electrónico; muy interesante si tienes un móvil con cámara. Si te gusta la fotografía digital es una página imprescindible en tus favoritos.

* http://www.lacoctelera.com/

He dejado para el final un servicio que te permite publicar tu página personal en menos de 5 minutos. Es mi último hallazgo. Después de utilizar Blogger durante unos meses, he descubierto que La Coctelera es lo que estaba buscando. Ofrece un servicio gratuito para publicar un diario personal en la Red, con un diseño depurado y muy fácil de utilizar. Dale a tus amigos la dirección de tu página en Internet, formarás parte de una comunidad de bloggers en castellano.
Con el usuario y la contraseña podrás publicar tus artículos desde cualquier cibercafé.

Salud y a disfrutar de Internet!

27 de octubre de 2005

"El vértigo es algo diferente al miedo a la caida. El vértigo significa la profundidad que se abre ante nosotros, nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer. del cual nos defendemos espantados"
Milan Kundera

26 de octubre de 2005

EL HIJO DE LAS OLAS

Eran las tres de la tarde, después de la última clase en el instituto. Esperé a la entrada del hall hasta que mi amigo terminó de charlar con algunos compañeros. Me sentía algo irritado, la jornada había sido tediosa y no conseguí satisfacer mi hambre inherente, esa que nunca consigo identificar pero siempre me espera en todos los rincones de mi vida. A veces, el viejo edificio con sus muros pintados de azul y sus persianas agujereadas se me antojaba un tanatorio de reclusión para enfermos de vagancia e insipidez. Mi vida no era insípida, pero el mundo que me rodeaba hacía el papel de sórdido ambiente inmaduro, incoloreado y vacuo. Solo quedaba la escapada. Por eso, cada dia a las tres esperaba junto al hall para despedirme de la rutina, de los compañeros y de toda la entrañable gama de visiones, de perfiles que provocaban hilaridad y, también, de vez en cuando, espejos de ternura que solo yo podía percibir. Y sobretodo el hambre a dos bandas. El estómago refunfuñaba tras cuatro horas sin tomar bocado y el alma pedía algo indefinido, sutil, pero doloroso.
Mi amigo, el “grandullón”, vino hacia mi caminando a grandes zancadas con una expresión indiferente en su rostro. Me hizo un gesto y nos largamos de allí. Pronto, me preguntó:
- ¿Hoy vienes hasta mi casa?-
- Sí, necesito estirarme y divagar un poco contigo. Joder, hoy he tenido un dia de plomo-
- ¿A qué te refieres?-
- Nada, que me cansa tener a tanto capullo a mi alrededor. No me he enterado de la mitad de clases con los gritos y las chorradas de la profe-
- Psé, es lo de siempre. Por lo menos te echas unas risas con ellos-
Miré a mi alrededor, el gran paseo que conducía recto hasta las afueras de la ciudad, grupitos de chavales con sus mochilas y sus ademanes y el viejo lotero que siempre me cantaba al oído su monserga de la buena suerte. Por un instante miré al cielo y vi nubes dibujando algo. El ambiente cálido estimulaba la imaginación.
-Lo de siempre, sí, pero yo necesito echarme a volar y olvidar a todos los mierdillas-
- Ya te estas poniendo gruñón. Olvídalo, ¿quieres?-.
Le miré despectivo y a continuación le dije con un moderado tono sarcástico:
- No puedo olvidar que allá fuera, lejos de esta ciudad y de esta tierra, hay otras alternativas a descubrir. ¿No te cansa la gente y su rutina?. Por favor, amigo, comparte mi ansiedad-.
- No me vengas ahora con tus delirios, tengo hambre y solo quiero descansar , comer y echar una siesta-.
Puse mi brazo sobre el hombro de el grandullón ,sin orgullo y con un afecto espontáneo, contemplé su rostro de perfil y el brillo de sus grandes ojos verdes. Apreté su hombro derecho, le mire fijamente y le dije con sorna:
- Yo tendría que haber sido hijo tuyo, amigo mío-
- ¿Pero qué chorradas dices?- me replicó, un tanto molesto y escandalizado.
No contesté, me quedé callado, le dirigí una sonrisa burlona y miré de nuevo hacia el cielo. Allá arriba podía entenderme a mi mismo. Yo tenía padres, pero era huérfano. Nací con algo clavado en mi alma. O, en otro caso, nunca lo supe, con la ausencia de un pedazo de alma arrancada. Quizá alguien me robó ese pedazo cuando era un bebé, en el centro de la inocencia más absoluta, dejándome desprotegido, a la deriva. Y, por eso, siempre hambriento, buscando algo más que oxígeno y materia bruta. Ese pedazo que me faltaba, me producía una nostalgia o una melancolía dulce, lúdica y sombría a la vez. Ambas, nostalgia y melancolía, se entremezclaban nublando mi visión, creando un misterio a cada paso que avanzaba, a cada nueva resolución. Dado que nací huérfano y con parte de mi alma despedazada, siempre fui distinto. Mi vida era dulce pero en mis paisajes interiores se desataban tormentas. Tormentas como la que aquel dia tuvo lugar en el interior del viejo instituto. A la salida y junto a mi amigo, intentaba disipar borrascas. Miraba al cielo, a mi amigo, a los paseantes desconocidos y al perfil de los callejones que nos salían al paso. Buscaba la respuesta y el origen, de forma estúpida y absurda.
No hubo mucho más. Yo y el grandullón charlamos durante unos diez minutos a la sombra de un árbol, en el parque que había cerca de su casa. Algunos recordatorios, una reflexión sobre un amigo común, unas pocas risas por la pedantería de la profe de Geografía. Me despedí, tenía hambre y la parada del autobús me pillaba algo lejos. Cuando ya estábamos a cierta distancia, me dijo:
- Espero que mañana sea un dia diferente-.
- Todos los días son nuevos. Son ellos los que van envejeciendo-. respondí con vehemencia.
Tras el último gesto del grandullón, me despedí definitivamente e inicié el camino en busca de comida y consuelo.


El piso donde yo vivía estaba en la playa, en un bloque de apartamentos frente al mar. Hacía año y medio que nos trasladamos desde la ciudad a la costa, por imperativos económicos. Todos las tardes de Lunes a Viernes hacía mi periplo en autobús para llegar hasta allá, en un transporte destartalado, de un azul mortecino y motores renqueantes . Aquel dia ,marcado por la inquietud de mi alma,el trayecto semejaba un viaje inhóspito por el desierto, en busca del destino, de la nueva rutina, de alguien que encontrara las respuestas. Dejaba perder mi vista en los paisajes que se veían a través de los ventanales. Yo pensaba en lo feliz que era, a pesar de todo. Grandes extensiones de campo y casitas unifamiliares bajo un cielo azul y un horizonte puro e infinito, más allá del borde trazado en el perfil de los montes que adornaban, cada dia, la hora del ocaso. Dibujos, esencias y perfiles de mi mundo y de mi gente. Toda una amalgama a la que mis ojos dotaban de un lirismo profundo, el verdadero hogar, la patria de mis sentidos. Yo estaba vivo y formaba parte de la épica del paisaje. Aquel era el primer consuelo antes de llenar el estómago.

Bajé del autobús y comencé a andar hacia la puerta principal. Una vez dentro me salió al paso la vieja comadrona y el viejo bonachón, ambos de sonrisas fugaces. Subí las escaleras hasta mi piso. Nadie en casa y la comida esperando en la nevera. Comí con gusto, con ese gusto que solo tiene oportunidad de ser cuando la soledad me acompaña y el televisor esta apagado. Después de la comida prolongué el disfrute de estar solo en casa. Caminé por el pasillo, deteniéndome a observar las habitaciones vacías y el hermético silencio que emanaban. En tales instantes, toda la fuerza y la singularidad de mi vida se concentraba en un reducido espacio y el velo parecía levantarse para mostrarme las conjuras de mi espíritu. La verdad la tenía allí mismo, en el silencio de la casa vacía. ¿Cuándo llegarían mis padres?.Desgarradamente, deseé que no volvieran en todo el dia.

Entré en mi habitación y me quedé sentado en la cama, mirando al techo y embriagándome con el baile de las motas de polvo que brillaban con los rayos solares. Frente a mi, la guitarra española apoyada en el armario. Podía tocar algunas notas. Pereza del alma. Hojas, papeles, viejas y eternas canciones allí escritas, para tararearlas y levantar el ánimo. En otro rincón, los viejos roqueros me espiaban desde las cintas magnéticas. Los primeros sueños de la adolescencia allí concentrados a mi alrededor. Todo era sueño y frustración, felicidad y dolor que se confundían entre las sensaciones provocadas por el arte. En el centro de mi habitación, mi mente, con desespero, intentaba reconciliarlo todo. Buscaba el camino para huir, ser en el esplendor del aislamiento. Buscaba, ahora lo sé, mi primera gran metamorfosis.
Pasaban las horas y nadie llegaba a casa. El reloj indicaba las seis y media.De repente, mi soledad empezó a desbordarme. Cogí papel y bolígrafo. Escribí algo. Estaba temblando por dentro. El trazado del bolígrafo desgarró el papel. Lo escrito, supongo, era algo indescifrable. Eran demasiadas las cosas que necesitaban emerger al mundo. Necesitaba expresarme y decirles a todos que mi deber era irme muy lejos. Me acordé del grandullón. Él lo merecía más que nadie. Pero el pavor se apoderó de mi y arrojé al suelo el papel y el bolígrafo. Ya no veía motas de polvo, eran fogatas que me abrasaban. Pronto me di cuenta que tenia los ojos en lágrimas. Parecía que el dolor y el resentimiento acumulados brotaban como un sarpullido desintoxicador. Todas las llamaradas de fuego que flotaban en la habitación se colocaron a la altura de mi estómago, penetrando en él. El dolor hizo que el cuerpo se colocara en posición fetal. Me quedé allí, llorando y soportando un fuego que abrasaba mis entrañas. Todo el rechazo vivido desde el primero de mis días cobrababa forma. Allí dentro de mi estómago, algo empezó a gestarse. Y pronto empecé a dar alaridos. Una voz clamaba derrumbando,en apocalíptico despertar, el silencio de las habitaciones: “No tengo padres, no tengo padres, soy huérfano, estoy solo, no tengo amigos, estoy solo, soy huérfano, soy huérfano”. Supe que estaba solo y que nunca tuve nada. No era hijo de nadie. Todo era neblina. Soportando a mi ardiente interior, me levanté de la cama y avancé hasta el pasillo.Y luego a la cocina. Cogí un vaso de agua y lo destrocé lanzándolo contra la pared. Luego fui al baño. Me miré en el espejo. Los ojos. No tenía ojos, solo dos formas ovales empañadas, casi borradas por las lágrimas. Y el alma continuaba ardiendo en mi estómago. No podía seguir en el interior de aquel piso. Todo podía estallar en cualquier momento. Cogí las llaves y salí a la calle.

Cuando bajé a la acera, me quedé pensando. Sólo existía una mano amiga, solo podía dirigirme hacia un sitio. Allí estaba la mar, esperándome. Caminé hacia la arena buscando el único límite: la orilla. Yo avanzaba siguiendo su senda mientras las olas morían junto a mi. Cuanto más avanzaba a lo largo de aquella orilla y más olas desaparecían entre las espumas y el olor del salitre, menos lágrimas brotaban de mis ojos. Al llegar al final de la playa, donde ya no habían más edificios que me ocultaran la visión del horizonte, me vi envuelto de un paraíso de dunas, cielo crepuscular y olor a mar. Me quedé quieto, intentando ver toda su magia y su belleza. El dolor de mis entrañas y las lágrimas remitían apresuradamente. Silencio absoluto. Ningún alma se veia a aquellas horas en tan bello paraje. Tantas veces había estado allí y no me había dado cuenta. Aquello era mi verdadero hogar. De repente, de forma brusca, volví mi cabeza en dirección al mar. Había oído una llamada de algo o alguien, venía de aquella dirección. Yo miraba y buscaba. Solo se veía el gran mar y las olas acercándose, rompiendo y muriendo a mis pies. Vi un ave marina surcando los vientos y planeando sobre las aguas. ¿Era ella?. Entonces comprendí el origen de la llamada. Era la mar. Me saludaba alzando sus olas y secando mis lágrimas con cada racha de brisa marina. El dolor en mis entrañas había desaparecido definitivamente. Pero algo se removía en mi interior. Algo se había gestado y quería nacer. Sentí que mi cuerpo se hacía pedazos mientras ese algo brotaba desde mi estómago. Las olas eran cada vez más altas y me llamaban con mayor furia. Y todo volvió a comenzar. La oscuridad del resentimiento se hizo luz y fragancia. De mi estómago brotaron alas, ¡alas!, eso era lo que había estado gestándose y emergiendo dentro de mi. Vi brotar mis alas. Se expandían a mi alrededor moviéndose para demostrar su poder y su euforia. Yo podía volar,¡dios!, ¡al fin podía volar!. Ahora, todo había sido un mal sueño. Mi vida empezaba de nuevo.

Mientras movía con alegría mis alas para dar el primer vuelo, un huracán se desató en aquel paraíso de dunas enmarcado en la rojiza y tenue luz del crepúsculo. Muy pocos lo sabían, pero una nueva forma de vida estaba a punto de nacer. Me elevé hacia las alturas y estiré mis alas con un bramido de felicidad. Desde los altavoces del cielo y de la tierra sonaba una música épica, grandilocuente y estremecedora. Solo la mano de dios pudo crear esas melodías. A continuación, seguí la llamada de la mar y sus olas y volé hacia ellas, mientras me abrían su seno esperando al nuevo hijo. Avancé lentamente hacia las olas hasta rozar sus aguas, zambulléndome en aquella inmensidad que me aguardaba. Dejé de ser un hombre con alas. Me hice todo de mar.Y,en un marco temporal que solo puede ser entendido desde el infinito, resurgí de sus olas, dejándome libre como una madre que envía a su hijo a cumplir con su destino. Volví a casa paseando tranquilamente y disfrutando de mi nueva paz. Mi madre preparaba la cena y mi padre esperaba para ver el partido de fútbol. La vida seguía igual. La cena fue estupenda. Me acosté muy pronto, a eso de las diez, con todas las heridas curadas. Nunca sentí un amor y compasión tan grandes hacia mis padres como aquella noche en la oscuridad de mi habitación. Dormí profundamente. Las olas del mar, allá en mis sueños, me dieron las primeras lecciones para iniciar la gran guerra y la gran búsqueda.

Al dia siguiente a las tres de la tarde, esperé al grandullón a la salida del hall. Tuvimos una sosegada conversación. Me dijo que el dia había sido distinto. Yo le repliqué que toda la vida es distinta. Puse mi mano en su hombro derecho y le dije con aprecio infinito:
- Tenemos un largo camino por recorrer. Ahora se porque tantos jóvenes envejecen y porque tantos viejos parecen jóvenes-.
-¿Estas de coña?-.
- No, solo era un comentario muy serio-.

Nos despedimos, otra vez, cada uno hacia su casa. Lo vi alejarse y me alegré pensando en la gran aventura que nos aguardaba. Y también a todos aquellos que aprendieron a tener alas y un mar que contemplar.

José A. Peig

22 de octubre de 2005

Internet: sinónimo de placer

El otro día fui a casa de un amigo, me abrió su mujer y, al preguntarle por su marido, me dijo algo exaltada: «Pues mira, está allí dentro con la novia». Ella se refería a que su esposo estaba cara al monitor conectado a Internet, pero para mi amiga era como si estuviera con la otra ya que pasaba más tiempo encadenado a la red que con ella.

Este es uno de los cambios que Internet está creando en este principio de siglo; por una parte favorece las relaciones personales ya que permite que personas, a miles de Km. de distancia, se relacionen, aunque sea por medio de un monitor; además es una forma de conocer gente y entablar nuevas amistades. La otra cara de la moneda, es cuando en una pareja alguno de los dos dedica demasiado tiempo a sentarse frente al ordenador ya que le suele proporcionar más placer que compartir el tiempo de ocio con su pareja.

Hace unos años cuando una buena parte del tiempo libre, sobre todo en invierno, lo dedicábamos a ver la tele había una gran diferencia con Internet ya que se podían sentar varias personas frente al televisor y, aunque se discutía por apoderarse del valioso mando, al menos servía para que una familia se reuniera en un mismo lugar.

Pero a partir de que Internet entra en un hogar, el individualismo crece de una forma desmesurada; la mayoría se olvida rápidamente de la tele basura y se enganchan a una red en la que encuentran más satisfacción que en cualquier otro lugar de la casa.

Quienes sucumben a las relaciones virtuales en el ciberespacio, en charlas en vivo o sitios de encuentros y de contactos donde resulta muy fácil empezar una relación virtual, aunque muchas veces mintiendo sobre su edad, trabajo, peso y estado civil mantienen la ilusión afrodisíaca de ser todopoderosos, aunque las estadísticas dicen que los cibernautas que quedan para una cita real, normalmente, duran poco ya que el encuentro cara a cara suele ser bastante decepcionante.

Yo no quiero entrar en una valoración pura y dura, pero lo que veo bastante claro es que Internet va a proporcionarnos más cambios de los que nosotros nos hemos imaginado.


Natxo Monzó

22 de mayo de 2005

Educación para aprender a vivir
por José Antonio Marina


El modelo educativo que propongo se basa en una teoría de los recursos. Nuestros hijos van a vivir en un mundo que desconocemos, y necesitamos dotarles de los medios necesarios para que salgan adelante. Unos recursos son personales -las capacidades que tiene el niño- y otros son externos - una situación acomodada, un buen sistema educativo, un mundo en paz, justo, políticamente estable y seguro, por ejemplo, lo que llamaré capital social. En resumen: se trata de conseguir que cada niño disfrute de un buen capital personal y de un buen capital social. Esa sería nuestra mejor herencia.

Como educador, yo en cambio tengo que ser beligerante. No es una pretensión tan rara. La fisiología estudia la salud y la enfermedad, pero la medicina tiene como meta clara la salud. Dentro de las posibilidades humanas está la autodestrucción, la crueldad, la degradación, caminos sin salida que sólo me interesa estudiar para evitarlos. No quiero averiguar las mil y una maneras de ser desgraciado, sino el modo de desarrollar los recursos necesarios para ser felices. Lo que llamamos educar es, precisamente, cultivar los recursos.

El niño es, ante todo, un organismo que crece, interactúa con el entorno, produce ocurrencias mentales, y realiza actividades. Este proceso se da en todos los niños de una manera análoga. El bebé mama, sonríe, llora, duerme, comienza a gatear, teme a los extraños, vocaliza, intenta andar, quiere independizarse, es curioso, le gusta jugar. Estos acontecimientos siempre suceden, más o menos, a la misma edad en todos los niños. Nacen con unas capacidades y van desarrollando otras. Tienen admirables sistemas para captar información, evaluarla, y producir respuestas. Por usar un lenguaje actual, podemos decir que nacen "programados" para muchas cosas.

Fijémonos en las respuestas que da a lo que le sucede. Algunas son motoras: el niño se mueve, busca el pecho, succiona. Otras son expresivas: sonríe si está a gusto o llora si experimenta algún malestar. Otras son mentales: se siente bien o mal, es consciente de muchas cosas, y se le ocurren otras: deseos, imágenes, actividades. Alrededor de los doce meses, por ejemplo, comienza a hablar. Venía preparado para hacerlo y, con la ayuda de su entorno, lo consigue.


Este dinamismo básico, incluye una memoria que asimila la experiencia. Decimos con frecuencia y con razón: Parecen esponjas. Simplificando mucho, podríamos decir que somos "biología y memoria", que es una manera muy elemental de decir que somos "naturaleza y cultura". Los niños nacen con una serie definida de características personales, que se van desarrollando, amortiguando, esculpiendo, cargando con los contenidos de la experiencia. Asimilan sin parar alimentos e información.

Educar es ayudar a que el niño desarrolle sus capacidades, construya adecuadamente su memoria, produzca buenas ocurrencias, y se comporte adecuadamente. Voy a comentar cada una de estas dimensiones.

:: Capacidades: percibir, recordar, relacionar, anticipar, comprender, hablar, razonar, adquirir habilidades motoras, desarrollar buenos estilos afectivos.

:: Construir adecuadamente su memoria significa asimilar los conocimientos, valores y destrezas convenientes.
Está claro que esto no depende sólo del niño, sino del entorno que le rodea, que se convierte así en educador de su memoria. Todo lo que aprendemos -la tabla de multiplicar, jugar al tenis o confiar en las personas- lo hacemos gracias a la memoria, que nos permite aprovechar las grandes creaciones de la historia: el lenguaje, la ciencia, la experiencia.

:: Ocurrencias son todas aquellas ideas, deseos, sentimientos, proyectos, palabras, recuerdos, imágenes, que aparecen en nuestra consciencia. A veces podemos suscitarlas, pero otras se nos imponen. Nos sentimos deprimidos, cansados, enamorados. Se nos ocurren muchas cosas o, por el contrario, nos quedamos bloqueados. A veces no podemos quitarnos una cosa de la cabeza, las preocupaciones vuelven aunque no queramos. Unas personas son alegres y otras tristes, unas optimistas y otras pesimistas. Al hablar de "buenas ocurrencias" me refiero a ocurrencias inteligentes, adaptativas, felices, animosas, brillantes, adecuadas a la situación. Esto no quiere decir que debamos vivir en un limbo sonriente.
La tristeza, la indignación, la culpa, la vergüenza pueden ser sentimientos convenientes, si nos permiten adaptarnos correctamente a la situación. Comienzan a ser perturbadores si son desmesurados o irracionales.

:: Comportamiento. Las ocurrencias nos incitan a veces a la acción, pero pronto aprendemos que no podemos seguirlas todas. Algunas son perjudiciales para otras personas o nos dañan a nosotros mismos. La acción es la expresión más completa de la inteligencia. Podemos pensar muy bien y actuar muy mal, y una persona considerada muy inteligente puede comportarse de forma estúpida, con lo que su inteligencia queda forzosamente en tela de juicio. Un gran matemático puede ser, al mismo tiempo, una persona poco inteligente en su forma de vivir.

JOSÉ ANTONIO MARINA
Filósofo, ensayista y pedagogo
Educación para aprender a vivir
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© José Antonio Marina
www.egipuzkoa.net 03

18 de febrero de 2005

Invitaciones para tener una cuenta Gmail

Si queréis probar una cuenta de correo Gmail, sólo tenéis que enviarme vuestra dirección
de correo a emicast@ya.com y os enviaré una invitación gratuita...

8 de febrero de 2005

No vals pa retor...
no pocs guardar-te res en la barriga.

Pep - vigilante
El ahogado más hermoso del mundo

Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado.

Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo.

No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando se encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos.

Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando al ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar pescados. A medida que lo hacían, notaron que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en piitrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesteroso de los ahogados fluviales. Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación.

No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderio ni una mesa bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un pedazo de vela cangreja, y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cosían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el bastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados. Lo compararon en secreto con sus propios hombres, pensando que no serían capaces de hacer en toda una vida lo que aquél era capaz de hacer en una noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus corazones como los seres más escuálidos y mezquinos de la tierra. Andaban extraviadas por esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres, que por ser la más vieja había contemplado al ahogado con menos pasión que compasión, suspiró:

—Tiene cara de llamarse Esteban.

Era verdad. A la mayoría le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía tener otro nombre. Las más porfiadas, que eran las más jovenes, se mantuvieron con la ilusión de que al ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones mal cortados y peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su corazón hacían saltar los botones de la camisa. Después de la media noche se adelgazaron los silbidos del viento y el mar cayó en el sopor del miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las mujeres que lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las uñas y raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión cuando tuvieron que resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces cuando comprendieron cuánto debió haber sido de infeliz con aquel cuerpo descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba. Lo vieron condenado en vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los travesaños, a permanecer de pie en las visitas sin saber qué hacer con sus tiernas y rosadas manos de buey de mar, mientras la dueña de casa buscaba la silla más resistente y le suplicaba muerta de miedo siéntese aquí Esteban, hágame el favor, y él recostado contra las paredes, sonriendo, no se preocupe señora, así estoy bien, con los talones en carne viva y las espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas las visitas, no se preocupe señora, así estoy bien, sólo para no pasar vergüenza de desbaratar la silla, y acaso sin haber sabido nunca que quienes le decían no te vayas Esteban, espérate siquiera hasta que hierva el café, eran los mismos que después susurraban ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se fue el tonto hermoso. Esto pensaban las mujeres frente al cadáver un poco antes del amanecer. Más tarde, cuando le taparon la cara con un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a sollozar. Las otras, asentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los lamentos, y mientras más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el ahogado se les iba volviendo cada vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto que fue el hombre más desvalido de la tierra, el más manso y el más servicial, el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la noticia de que el ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de júbilo entre las lágrimas.

—¡Bendito sea Dios —suspiraron—: es nuestro!

Los hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de mujer. Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que querían era quitarse de una vez el estorbo del intruso antes de que prendiera el sol bravo de aquel día árido y sin viento. Improvisaron unas angarillas con restos de trinquetes y botavaras, y las amarraron con carlingas de altura, para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia, de manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo a la orilla, como había sucedido con otros cuerpos. Pero mientras más se apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres para perder el tiempo. Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones, unas estorbando aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen viento, otras estorbando allá para abrocharse una pulsera de orientación, y al cabo de tanto quítate de ahí mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me haces caer sobre el difunto, a los hombres se les subieron al hígado las suspicacias y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que llevara encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando sus reliquias de pacotilla, llevando y trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que no se les iba en lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda. Una de las mujeres, mortificada por tanta insolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin aliento.

Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su guacamayo en el hombro, con su arcabuz de matar caníbales, pero Esteban solamente podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo. Bastó con que le quitaran el pañuelo de la cara para darse cuenta de que estaba avergonzado, de que no tenía la culpa de ser tan grande, ni tan pesado ni tan hermoso, y si hubiera sabido que aquello iba a suceder habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, en serio, me hubiera amarrado yo mismo un áncora de galón en el cuello y hubiera trastabillado como quien no quiere la cosa en los acantilados, para no andar ahora estorbando con este muerto de miércoles, como ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta porquería de fiambre que no tiene nada que ver conmigo. Había tanta verdad en su modo de estar, que hasta los hombres más suspicaces, los que sentían amargas las minuciosas noches del mar temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con los ahogados, hasta ésos, y otros más duros, se estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban.

Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un ahogado expósito. Algunas mujeres que habían ido a buscar flores en los pueblos vecinos regresaron con otras que no creían lo que les contaban, y éstas se fueron por más flores cuando vieron al muerto, y llevaron más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que apenas si se podía caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le eligieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron hermanos, tíos y primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí. Algunos marineros que oyeron el llanto a distancia perdieron la certeza del rumbo, y se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando antiguas fábulas de sirenas. Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo en hombros por la pendiente escarpada de los acantilados, hombres y mujeres tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus calles, la aridez de sus patios, la estrechez de sus sueños, frente al esplendor y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo. No tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande, qué lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en altamar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolabio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas: miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban.

Gabriel García Márquez
(1968)