8 de julio de 2006



ORIOL BOHIGAS
- El arquitecto político

Arquitecto, urbanista, político, músico vocacional, editor, escritor y personaje público. Una biografía repleta no cabe en la vida de este catalán enérgico e insaciable al que su hijo describió de manera categórica: sólo hay una cosa peor que conocer a Oriol Bohigas (Barcelona, 1924), no conocerlo.

- Entrevista de Anatxu Zabalbeascoa
(El País Semanal 2000)


" La vida es dos pasos adelante y uno atrás. Las convicciones tienen que ser radicales, pero flexibles. Un arquitecto descubre que las cosas funcionan cuando es capaz de ceder lo suficiente para que sus ideas se conviertan en realidad y dejen de ser mera ideología abstracta.

En política se debe partir siempre de ideas muy simples y básicas. Son las únicas que pueden perdurar. Uno cree en la libertad, la igualdad y la fraternidad, o no. Elegí estudiar arquitectura por casualidad. Quería ser historiador como mi padre; pero en la familia burguesa a la que pertenecía, esa aspiración fue vista como poco rentable. Muy pronto, pues, comprendí las posibilidades políticas de la arquitectura. El arquitecto debe entender la realidad que pretende construir, y de ahí a tener una posición política sólo hay un paso.

Los mayores errores de mi vida han sido detalles, a veces cosas prácticas: proyectos que han salido mal, falta de conocimiento de idiomas (tuve que aprender inglés con cuarenta años). Tal vez, si volviera a empezar hoy trataría de ser más arriesgado como arquitecto y como estudiante. En mi vida personal, lo que he querido arriesgar ya lo he arriesgado, y me parece que he corrido el riesgo suficiente, el que necesitaba. No variaría mis grandes decisiones.

Tengo un hijo arquitecto que no trabaja conmigo. Lo comprendo. Ser hijo de la misma profesión tiene muchas ventajas, pero grandes inconvenientes. Cuando haces una cosa que está bien te dicen que te lo ha hecho tu padre, o al revés, cuando una cosa no gusta dicen que tienes tan mal gusto como tu padre... Ha hecho bien en independizarse.

Puedes ver algunas de sus obras en mi álbum de fotos: Oriol Bohigas

Gran parte de lo que sé lo debo a la arquitectura. Mis profesores fueron gente de gran cultura y vocación, cosa que se ha perdido hoy. La persona ampliamente culta ha dejado paso al especialista. Cuando mi generación empezó a trabajar, en los años cincuenta, tuvo que explicar muchas cosas para cambiar la mentalidad del cliente y poder construir edificios modernos. Creo que lo que define a la buena arquitectura es que sirve, pero no es servicial. Coderch y Sostres son para mí dos maestros indiscutibles. Otro arquitecto sabio que supo enfrentarse a la arquitectura siempre con frescura fue Sáenz de Oiza.

Las primeras y las últimas obras siempre me parecen las mejores de cuanto he hecho. Las primeras tenían ingenuidad, y las últimas, madurez. La Villa Olímpica de Barcelona demuestre lo que siempre hemos proclamado: es posible crear un barrio entero con calles, plazas y vida partiendo de cero.

No tengo fe. Soy militante agnóstico. Sólo creo en las cosas fundamentalmente humanas, en una moral colectiva. Hoy, con 75 años, todavía recuerdo como uno de los episodios más duros de mi vida la muerte de mi padre, cuando yo tenía 21 años.

No hago ningún ejercicio físico. Bebo mucho y fumo mucho. Con la vida que llevo, me encuentro bastante bien. Mi generación tuvo una gran desgracia que acabó siendo una gran suerte. Cuando uno empieza a trabajar en una época difícil - como lo fue el año 1951, en que merecía la pena tratar de hacer arquitectura moderna y estar contra Franco - resulta fácil sentirse motivado. Hoy los jóvenes arquitectos no tienen ideales y están desorientados. No saben si quieren ser albañiles o Rem Koolhaas. La libertad desorienta.

Ahora y siempre, ser feliz es tener salud, una profesión que no te haga sentir como un cero a la izquierda y una estructura sentimental que te funcione bien. En este orden".

Para ampliar información:
* Epistolario de Oriol Bohigas
* Contra el tranvía
* Patrimoni i utilitat